El Sol y la Luna

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El día y la noche no se conocen. Al amanecer el Sol se asoma a la ventana de la Luna esperando poder hablar con ella, pero no sabe que ésta se va a descansar luego de iluminar una larga noche.

Al anochecer la Luna se abre paso entre las nubes para saludar al Sol, pero éste se oculta detrás de la más oscura; desconcertada por el hecho de que no se le fuera devuelto el saludo.

Nunca pudieron encontrarse, pero saben de la existencia del otro y les bastaba para no parar en el intento.






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