Cuarentena

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Cuando me asomo al balcón, por momentos siento que alguien me está mirando, veo a mi alrededor y nadie pareciera estar en casa, caigo en cuenta de que temen que si extienden las cortinas, de alguna manera pueda entrar el virus y que de nuevo mi imaginación al aburrirse me engaña. Tengo la impresión de que la ciudad se ha convertido en un pueblo fantasma y que las voces que escucho no tienen cuerpo ni morada, que pertenecen a los silenciosos que arman rompecabezas en su cama y que leen en la oscuridad cuando la luz se torna opaca. He encontrado distracción en observar cuánto se tardan, las arañas en tejer su compleja telaraña, me he hecho amiga de las aves que se han posado en mi ventana y he descubierto actividades que no sabía que me gustaban. Me he encontrado y me he perdido, cuando en mis pensamientos me he sumergido, he anotado frases dispersas que podrían ser material para un futuro libro, he llorado de impotencia y de mi elocuencia me he reído, estoy encontrando fuerzas para seguir cuando me rindo.

Entre puntos y comasWhere stories live. Discover now