23-Lágrimas aguamarinas

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— ¡Yo no me pienso ir!— gritó Hanon.

— ¡Ni yo!— continuó Rina.

— ¡Pues yo no seré la que se vaya!— dijo Karen.

— ¡Yo tampoco me iré!— contestó Luchia.

—Pues tres de nosotras se tendrán que ir— explicó Coco — ¡Pero yo me quedo!

—A mí no me import...— Noel no pudo continuar, porque su hermana la había dado con el codo para que se callase.

— ¿Qué has dicho, Noel? No te he oído— dijo Karen — ¿A qué tú también te quieres quedar?

Se lo pensó unos segundos antes de responder. Al final asintió, porque la daba miedo la mirada amenazante de su hermana.

Seira pasó de largo al ver la pelea. A ella la daba igual quién ganase, porque de todas formas, se tendría que quedar en el hotel. Además, ninguna de ellas era su princesa favorita. Su princesa sirena favorita era otra, mejor dicho, su sirena favorita.

Lo bueno de la pelea, era que podía aprovechar para salir sin que nadie se diera cuenta.

—Esto va para largo...— dijo en voz baja mientras abría la puerta.

—Me habéis vuelto fallar.

—Sí— dijo Meuka —Y lo sentimos.

—Pero estaban las siete— continuó Raimi.

—Marchaos— ordenó —Como sigáis así, os sustituiré.

Mizu, que había contemplado la escena, se acercó a él.

—Déjame ir a mí, ya están todas.

—No. Todavía no están todas. Falta una, que pronto se unirá.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Porque, ya debe estar desde hace mucho tiempo protegiéndolas.

Las princesas estuvieron casi toda la mañana discutiendo, hasta que Hippo y Nikora intervinieron.

— ¡¿Podéis parar de una vez?!— gritó Nikora.

—Este comportamiento no es propio de princesas sirenas— dijo Hippo después de que se hubieran callado —Deberíais pelearos por quiénes regresan a sus reinos, y no al revés.

—Y además, molestáis al resto de huéspedes del hotel.

— ¿Es que hay gente alojada aquí?— preguntó Karen.

— ¡Sí!— contestó Nikora —Pocos, pero hay. Aunque esto parece más un hotel para seres acuáticos que vienen de vacaciones al mundo humano.

—Esta vez sí que las atraparemos— dijo Sheshe.

— ¿Cómo puedes estar tan segura?— preguntó Mimi.

—Porque este plan sí que es infalible.

— ¿Y qué tienen de infalible este maniquí?

—Porque esas princesas no pueden resistirse a salvar a los humanos. Nos aprovecharemos de eso haciéndolas creer que estos maniquís son personas ahogándose. Y cuando lleguen para salvarlos, las atraparemos.

Hanon salió corriendo del hotel. Llevaba un día allí y todavía no había podido ver a Nagisa. No se había preocupado de ir bien vestida o peinada, ya que quería estar con él lo poco que la quedaba. Porque, según las otras princesas, la tocaría regresar a ella, junto con Luchia y Rina.

Pichi Pichi Pitch ReturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora