34-Secretos que salen a la luz

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Hanon bajó tranquila por las escaleras. Apenas había pasado un día desde que las Hermanas Belleza Negra se habían instalado en el hotel. A Nikora no la había hecho mucha gracia aquello. No quería que más diablesas se quedaran en su hotel, y menos si además venían de invitadas, sin pagar. Hippo parecía compartir su opinión, ya que no las quitaba el ojo de encima. Y, por si fuera poco, Yuri las ignoraba completamente. Solo las princesas sirenas intentaban llevarse bien con ellas.

Hanon llegó al comedor y pasó al lado de una de las ventanas que daban a la parte delantera. La pareció ver algo extraño y paró su marcha. Volvió sobre sus pasos y se asomó por aquella ventana. Fuera se encontraba Hippo hablando con alguien. Al principio, la princesa no pudo ver de quién se trataba, puesto que Hippo tapaba a la otra persona. Se movían demasiado y a Hanon la pareció que sus voces llegaban hasta ella, pero no lo suficientemente alto para que pudiera distinguir algo.

Cuando la sirena estaba a punto de darse por vencida y marcharse, Hippo se movió y Hanon pudo ver quién era. Aunque enseguida se arrepintió de haberlo hecho. La persona con la que Hippo estaba hablando era Akumi, la misma chica que la había quitado a Nagisa, aquella que conocía su secreto, la que no paraba de mirarlas a ellas y a otras personas relacionadas con las princesas sirenas, la que seguramente sería una enemiga suya pero que aún no las había atacado.

Hippo dio la espalda a aquella chica y caminó de vuelta al hotel. Hanon pudo ver cómo le gritaba algo y segundos después corría para alcanzarle. Al ver que Hippo estaba en peligro, la princesa salió lo más deprisa que pudo para ayudarle.

— ¡No te acerques a Hippo!— gritó Hanon mientras se ponía entre ambos.

Tanto Hippo como Akumi pararon y miraron extrañados a Hanon.

—No... no me va a hacer nada— consiguió decir Hippo después de varios segundos de silencio.

—Claro que sí— contestó Hanon sin parar de mirar a aquella chica —Tú no la conoces tanto como yo. Es malvada.

Nuevamente volvió un silencio que fue interrumpido por Akumi al reírse. A Hanon la extrañó su reacción, pero aun así no dejó de mirarla mal.

—No tendrías que haber venido— dijo Hippo mientras avanzaba hacia ella y se colocaba al lado de Hanon.

— ¿Y dejaros solos mientras convivís con unas diablesas? No me iré hasta que entréis en razón y las echéis, es demasiado peligroso.

—Ya te lo he explicado. No va a pasar nada.

Hanon intentó seguir la conversación, pero la parecía todo demasiado raro. Sobre todo cuando cayó en la cuenta de algo.

— ¿Vosotros ya os conocíais?— preguntó la princesa al ver la forma en la que se hablaban.

Los dos se callaron y se miraron. Estaba claro que sí.

— ¿De qué os conocéis?

Seguían mirándose entre ellos, esperando a que uno contestara. Al ver que Hippo no lo hacía, Akumi decidió responder.

—Yo soy la futura sucesora de la Reina del Agua, soy su hija.

Noel se acercó a la mesa donde Seira estaba desayunando. Detrás de la princesa del Ártico la seguía Amaiel.

—Hola, Seira— dijo la sirena mientras se sentaba.

La princesita levantó la vista a modo de saludo, ya que tenía la boca llena. Amaiel prefirió quedarse de pie al lado de Noel. En su mano llevaba el libro del que había conseguido sacar algo de información sobre la caja.

Pichi Pichi Pitch ReturnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora