Capítulo 28

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28.

La charla con la policía no fue nada agradable. Le leyeron la descripción del escenario del crimen, y cómo había quedado el cuerpo de su padre. Stiles tuvo que rememorar toda la pelea tan sólo en presencia de su tío, que era ahora su tutor legal.

Había llorado durante las dos horas que habían estado en la habitación interrogándolo, mientras que Lydia y Allison estaban con Derek esperando poder entrar a verlo.

Estaba siendo horrible escuchar todos los detalles de la pelea, y John más de una y más de dos veces había tenido que ahogar un sollozo al imaginar la escena que describía su sobrino.

Sin embargo, aquellos dos policías lo escuchaban impertérritos sin mostrar emoción ninguna, tan sólo tomando notas y haciendo preguntas pertinentes.

—Y señor Stilinski —preguntó el policía del bigote, como lo había catalogado el chico en su mente, mirándolo—, ¿dijo o hizo algo que pudiera provocar a la víctima para que lo atacase?

—¿Está intentando justificar a ese monstruo? —espetó John atónito.

—No, queremos saber la verdad.

—Me vio despedirme de mi novio y me pegó diciendo que era un maricón y una puta —repuso Stiles apretando los dientes con rabia—. ¿Es suficiente provocación o prefiere que describa de nuevo el momento en el que me cogió del cuello?

—Es suficiente. Cuando obtenga el alta recibirá la citación del juzgado por la acusación de la fiscalía por homicidio.

Dicho esto, los dos agentes salieron de la habitación. Los que esperaban fuera se levantaron de un salto y fueron hacia la puerta para entrar. Entonces se asomó John con los ojos rojos de haber llorado.

—Ahora mismo quiere estar solo —murmuró—. Ha sido muy duro volver a recordarlo todo, y necesita calmarse. —Las chicas torcieron el gesto decepcionadas, pero Derek se adelantó.

—John...

—De verdad, Derek. Sabes que si él estuviera bien querría veros, pero me ha pedido que me vaya, y que no lo venga a ver nadie. —El moreno apretó los labios disgustado.

—Me quedaré aquí hasta que quiera visita.

—Vale hijo, yo necesito descansar. Ha sido escalofriante oírlo —dijo reprimiendo un escalofrío—. Mañana por la mañana vendré y hablaremos tú y yo, ¿vale? Y te lo contaré, no quiero que vuelva a recordarlo.

—Está bien —murmuró Derek dejándose caer en su asiento. Se despidió débilmente de las chicas y permaneció cabizbajo. Se decidió a mandarle un whatsapp a Stiles.

"Estoy aquí fuera cuando quieras compañía, sólo avísame"

Suspiró acomodándose en los asientos rígidos del pasillo y puso su chaqueta a modo de almohada. Cerró los ojos y cuando estaba medio dormido oyó la puerta del cuarto de Stiles. Al abrir los ojos vio al castaño asomado al pasillo, mirándolo. Se levantó con tanta rapidez que se tambaleó, mareado.

—Stiles, no deberías estar de pie —le regañó compungido al verlo con tan mala cara.

—Quiero dar un paseo, ¿podrías ir a pedírselo a la enfermera? Dile que irás conmigo y que si me encuentro mal me traes de vuelta... —murmuró agachando la cabeza como un niño perdido. Derek apretó los labios.

—Claro, ve vistiéndote. Ahora vuelvo.

Casi corrió hasta el mostrador donde una sorprendida enfermera lo miró con una ceja enarcada. Derek respiró agitadamente y le esbozó una sonrisa nerviosa.

Titan #1Where stories live. Discover now