--BONUS 4--

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Harry, o más bien, mi papi, estaba en el  escritorio de Sally mientras está le entregaba mis documentos legales, y le hacía firmar uno que otro oficio, yo solo estaba sentada en la sala de espera del salón de eventos, todo había acabado, tenía mi valija a un lado de mi y yo solo miraba de aquí para allá mientras esperaba la aparición de mi muy bello papi. Sentí si mirada recorrerme desde el vestíbulo, él pensó que yo no lo note, pero claro que lo había echo, por la misma razón fue por la que me sonroje, sus labios formaron una bella sonrisa traviesa en su rostro, al parecer le gusta ver que me sonroje. Oculte un mechón colgante detrás de mi oreja, baje la mirada hasta ver el suelo alfombrado por un par de minutos, jugaba con mis dedos mientras tarareaba una canción que tenía en la mente desde hace unas horas.

Una enorme sombra se presentó frente a mí mientras jugaba aún con la mirada gacha. Al dejar de presenciar la luz, levante la mirada lentamente encontrándome con la mirada verdosa de mi papi. Él me miraba sonriente y orgulloso, como si él fuera el ganador de el premio Nobel, y yo fuese su estatuilla, se arrodilló hasta ponerse un poco más abajo de mi estatura, acaricio leve mi mejilla como si de un fino cristal se tratase.

-Eres demasiado bonita, cielo. -murmuro mientras me veía a los ojos con adoración.

-Gracias, papi. -dije sonrojándome de la misma manera de antes, solo que ahora estaba hipnotizada por sus ojos.

Espero un poco más hasta que suspiro y se puso de pie, tomó mis valijas entre sus trabajados brazos.

-Cielo, hora de irnos. -dijo mientras me hacía una señal con la cabeza para que lo siguiera.

Obedecí poniéndome de pie de inmediato, avanzando algo veloz para llegarle a su paso, el caminaba con la mirada fija hacia enfrente, yo solo era una niña, y él era un hombre, literalmente me doblaba la edad. Lo sé todo de él, me tome la molestia de buscar su biografía en Google, Harry Edward Styles Cox, inglés, 26 años, dueño de las compañías Styles, etcétera, solo lo básico.

Salimos de aquel lugar y nos dirigimos a un BMW aparcado a unos metros de la salida. Me acomode en el asiento del copiloto y me ajusté el cinturón de seguridad, mientras que Harry guardaba todas mis valijas en el maletero de su bello y lujoso auto. Pasaron unos segundos hasta escuchar el pequeño azote de la puerta del maletero al cerrarse, para luego escuchar la puerta del piloto abrirse, Harry se acomodó en su asiento y arranco el auto.

Conducía por la cuidad de Atlanta, que por cierto era muy linda. Además de que la mansión Styles no estaba tan lejos. Ya que el viaje hasta casa no fue de más de 10 minutos, sino que fueron exactamente 4. Bueno, y a la velocidad que conducía, era imposible no llegar en menos de 2 segundos, creo que en su vida pasada fue Dominic Toretto.

Aparcó su auto en una vela residencia, de la cual salió casi al instante que llegamos una chicos de al menos 18 años, era la sirvienta, se veía algo humilde e inocente, y sobre todo, amable.

-Sr.Styles, ¿le ayudó en algo? -preguntó haciendo casi una reverencia y un susto al ver mi presencia, me refugié junto a mi papi mientras este me tranquilizaba acariciando mi rostro haciendo que lo mirase, este me obsequió una mirada aliviadora y yo asentí con algo de calma.

-Lulu, ella es Aria, ella es mi nueva baby girl. -dijo con toda la tranquilidad del mundo, al parecer ella sabe todo sobre esto.

-Oh, qué gusto. Estoy a tus órdenes. -dijo tomando mi mano y estrechándola.

-Gracias, el gusto es mío. -dije con una amable sonrisa mientras papi parecía estar encantado con mi educación.

-Lulu, baja las valijas del maletero y acomódalas en la habitación de la señorita, por favor. -ordenó papi a Lulu, ella asintió y comenzó su trabajo, mientras yo solo quería parecer de nuevo una inocente bebé.

Daddy's Little Princess (j.b) (h.s) Where stories live. Discover now