CAPITULO 10

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GRACIAS A TODOS POR LEER LA HISTORIA ESPERO QUE LES GUSTE AQUÍ ESTA EL CAPITULO 10

ESTA ES UNA ADAPTACION DE UNA NOVELA QUE LEI HACE UN TIEMPO, ESPERO QUE LES GUSTE


CAPÍTULO 10:

Puede que José me estuviera contando alguna anécdota sobre su trabajo. Lo cierto es que me había quedado dormida sobre su regazo, y cuando abrí los ojos él también permanecía recostado sobre el almohadón con los ojos apagados. Quise desperezarme cuando un pitido procedente de mi móvil me sobresalto. Fruncí el ceño, curiosa, y alargué la mano sobre la mesita de cristal para acercar el teléfono. Aún tenía los ojos emborronados, y no pude ver bien de quién se trataba, apreté los párpados y leí el mensaje:

Me encantó probar tu cuerpo. Un beso, donde tú quieras.

Oh, Dios. No podía ser cierto. Enseguida me imaginé ese beso, no podía ser en mis labios, y eso me hizo revolverme en el sofá. El teléfono temblaba en mi mano, mis piernas también se sacudían solas. Al acto le contesté:

A mí también me gustó, tendré en cuenta ese beso.

Oh, Dios estaba flirteando con Christian mediante mensajes de texto, pero lo más excitante era que él no podía verme la cara, no podía distinguir el rubor de mis mejillas. Inmediatamente volvió a sonar un pitido, y muerta de curiosidad leí el mensaje:

Mmmm... me encantaría dártelo ahora. Mientras, pensaré en ti con mis manos.

¡Qué! Aquello me hizo estremecer, la boca se me seco, y rabié de deseo al imaginármelo tumbado en su cama, y masturbándose pensando en mí, pensando en un beso extremadamente erótico. Me revolví apretando los muslos y recordé su miembro erecto dentro de mi boca, inmensamente duro y carnoso a la vez, y me empape de golpe al humedecer mis labios pensando en él. Era tan excitante al lado de José que me parecía un pecado sentirme atraída por Christian. Pero lo cierto es que ninguna mujer en su sano juicio sería capaz de rechazarlo, y más aun de sucumbir a aquella mirada seductora y hambrienta a la vez. Mi cuerpo pedía más, tenía sed de sexo salvaje y desbocado.

Apenas pegué ojo en toda la noche. Permanecí excitada toda la velada releyendo en mi mente el mensaje provocador. José se levantó pronto para meterse en la ducha y marcharse al trabajo, y nunca había tenido tantas ganas de quedarme sola en mi cama. Con los ojos cerrados seguí pensando en Christian, en sus dedos largos, gruesos y ágiles, y reconstruí sus caricias por todo mi sexo. Estaba extremadamente húmeda, y mis dedos se recrearon entrando y saliendo de mi vagina, formando círculos alrededor de mi clítoris, deslizándose con soltura y apreciando cada centímetro de mi piel. Coloqué sus labios imaginarios en mis pezones erizados y fantaseé que los succionaba y tiraba de ellos suavemente con los dientes, mientras me sonreía de forma pícara y despiadada. Casi no tuve tiempo de saborear aquella fantasía, mi vulva reaccionó palpitante, convulsionándose de placer y probando una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Traté de retener el último suspiro, sollozando de placer, cuando mi mano se empapó de mi esencia, impregnada de Christian. Luego me dormí, exhausta de placer.

El timbre sonó varias veces seguidas. Me levante trastabillando hacia el pasillo, y descolgué el telefonillo aún aturdida por el sueño.

—Vamos Anastasia, estamos por ti. ¿Qué coño haces? —Dijo impertinente Claire.

Había olvidado que teníamos que ir de compras. Tenía que volver a la realidad, muy a mi pesar.

—Cinco minutos y bajo. Me he quedado dormida...

PROHIBIDO (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora