Capítulo 2

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No recordaba que había publicado la historia aquí x.x en fin, hoy subiré cuatro capitulo más y continuaré haciéndolo en los próximos días, les dejo mi para cualquier duda, aclaración, sugerencia o pedirme que actualice porque en ocasiones olvido hacerlo :S

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Pov Santana

Baje a la sala y vi a mi padre frente al televisor con el periódico en sus manos, sonrió al verme y me senté junto a él

Ricardo: ¿Cómo amaneciste? –beso mi sien y sonreí–

Santana: Bien –fruncí los labios– ¿Sabes dónde está mamá?

Ricardo: Quizás investigando sobre los nuevos vecinos –reímos, me levante del sofá y estire mis brazos–

Santana. Iré a arreglarme, Quinn vendrá por mí para ir al centro comercial

Ricardo: De acuerdo, salúdame a esa chica –solté aire y subí a mi habitación–

Veinte minutos baje, decidí usar unos jeans ajustados, unos converse negros y una camisa azul, mamá ya estaba en la cocina y se veía de buen humor

Santana: ¿Buenos días? –volteo a verme y sonrió enormemente–

Maribel: Santana, hija –se acercó a mí y me abrazo–

Santana: Bien, ¿dime qué está pasando? –pregunte soltándome de su agarre–

Maribel: ¿Qué ya no puedo ser afectuosa con mi hija?

Santana: Mamá, ¿qué estás tramando? –sonrió, salió de la cocina y me fui detrás de ella–

Maribel: –Se detuvo de golpe y volteo a verme– Nada, anda que Quinn está esperándote afuera –solté aire, me despedí de ella y de mi padre y salí de la casa, vi que en la casa del costado había un hombre que tal y como mi madre lo había dicho era de China o Japón, no recuerdo, el caso es que tenía los ojos rasgados como Tina y Mike, decidí ignorar cualquier cosa que estuviera haciendo y camine hacia Quinn–

Quinn: Más de diez minutos esperándote aquí –bese su mejilla y me apoye en su auto justo como ella lo hacía–

Santana: Sí, ya sabes cómo son mis papás

Quinn: Santana, acéptalo, no me gustas –sonrió y golpeé su hombro–

Santana: Idiota –sonreí– ¿Y qué hacías?

Quinn: Observaba a tus nuevos vecinos, seamos sinceras, nunca sabes si un asesino puede vivir junto a ti –volteé a verla y fruncí el ceño–

Santana: Gracias por deshacerte de mí tranquilidad

Quinn: Vamos Lopez que se hace tarde

Santana: Espera –volteo a verme– ¿Estás segura de que no quieres ir al centro comercial solo para ver a Rachel trabajando en esa cafetería? –Quinn sonrió mostrando sus dientes–

Quinn: Dejó de trabajar ahí hace dos semanas, ahora cuida a los hijos de los Howarts –puse los ojos en blanco y negué con la cabeza–

Santana: Idiota –golpeo mi hombro y subimos a su auto– ¿Qué pudiste ver de los vecinos? –pregunte una vez que arranco el auto, ella sonrió y acomodo el espejo retrovisor–

Quinn: Era la mudanza y solo una mujer y el hombre que creo viste estaban metiendo cajas, claro, también los tipos que trabajan en las mudanzas, supongo que tienen una hija por la gran cantidad de osos de peluche que vi

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