Friends (Fanfic Wigetta)

Capítulo 3.

Guillermo desbloqueó su celular y reviso el mensaje que su mejor amigo le habia enviado antes de desconectarse sin esperar respuesta.

"Ten una linda cita,  Guillermo :)".

Frotó su cabello con sus manos y tocó lo puerta,  un sonriente Frank apareció a los segundos. 

—¡Muy buenas,  Willy! 

El tono de felicidad que siempre traía Frank podía alegrar a cualquiera,  a cualquiera menos a Guillermo.

Realmente el menor no tenía una cita,  pero quería tener una excusa para ver a su mejor amigo sin ser pesado.

No le interesaban las citas con nadie en este momento,  ni las chicas.  Realmente,  Guillermo era gay,  cosa que ni su mejor amigo Samuel sabía.

Y tampoco sabía,  que muy en el fondo de él,  en el lugar donde Samuel ocupaba espacio en su corazón,  había algo más que amistad.

—Samuel...  ¿No está? 

Preguntó el pelinegro con esperanza, las cuales fueron derrumbadas al ver la mueca de su compañero.

—Se acaba de ir,  me dijo algo en código,  o eso me pareció a mi —Rió— "Guillermo,  30 euros,  cita,  me voy,  parque,  adios" Cuando esta apurado no hay quien lo frene.

Guillermo asintió,  conocía de sobra a Samuel. Sabía que si se metía algo en la cabeza debía ser todo ya y sin ninguna interrupción de por medio.

Pero,  ¿por qué Samuel estaba tan apurado de ir al parque a las 8 de la noche?

La idea de un Vegetta solo,  en una banca del parque,  sin nadie para reconfortarlo,  le carcomía la mente.

—Vale,  debo irme. Gracias,  Frank.

Dijo Willy,  pero antes de que pudiera darse la vuelta completa y empezar a dirigirse al parque, Frank habló.

—¿No necesitabas 30 euros para tu cita?

Guillermo negó.

—Olvidalo,  pero...  ¿Puedes fingir que si los recogí?

Frank sonrió,  porque no era tonto,  sabia lo que pasaba.  Sabía la razón por la que Guille estaba allí y la razón por la cual la desilución se notó en su rostro al decirle que Samuel no se encontraba ahí.

Se marchó al recibir una afirmación de su amigo,  y caminó rumbo al parque. Fue directo al lago,  sabía que él estaría ahí y no había fallado. 

Samuel se encontraba de piernas cruzadas,  tirando piedritas al agua.

Samuel notó la presencia de alguien y bufó. Sin mirar de quien se trataba,  habló.

—¿Que haces aquí,  Guillermo? 

Willy sonrió,  su amigo le conocía bien. Realmente Samuel conocía su forma de caminar,  acelerada pero lenta a la vez y el olor de Guillermo era inconfundible.  Era como a flores,  pero una en especial que era deliciosa,  su nombre era...  Bah, Samuel lo había olvidado.

El mayor miró tras de si,  encontrándose efectivamente con su mejor amigo.  Le miró indiferente y volvió su vista al lago. Atrapó otra piedra y la lanzó con más fuerza.

—¿No tenías una cita?

La presencia de Guillermo apareció a su lado. El menor se colocó en la misma posición que su amigo y ambos se miraron.

—Canceló.

Samuel le miro inexpresivo. Pero realmente se encontraba feliz.

—Lo siento,  seguro querías salir con ella.

Guillermo le miró por unos segundos más y luego apartó la vista. No le gustaban las chicas,  pero era algo que él no decía,  no por vergüenza a ser gay,  sino porque nadie se había propuesto jamás preguntárselo.

—No me gustan las chicas,  Samuel.

Samuel,  quien jamás apartó la vista de él,  levantó sus cejas y sonrio.

—Genial —Susurró,  sin darse cuenta que lo había dicho en voz alta—.

—¿Por qué?

Samuel se sonrojó al darse cuenta lo que había pasado.

—Olvidalo —Dijo,  y solo rieron—.

Y sin decir una palabra más,  disfrutaron de la presencia del otro a su lado,  apreciando como el sol se escondía.