Capítulo 10

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Maratón 8/10
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-Sí vas a ser de los nuestros tendrás que hacer todo lo que digamos -respondió Lenka.

-Y-yo... -tartamudeo Len.

-Si no estas seguro, no lo hagas y ya -le dijo Lenka seria.

-Len -me miró- entiendo que no quieras traicionar a tu equipo... así que, no es necesario que estés de nuestro lado -le dije con una sonrisa.

-Tienes razón... No puedo simplemente dejarlos de la nada -dijo Len levantándose del suelo.

-Sí... Además, enamorarse no es la misión -le dije imitando su acto- perdón -tomé su brazo y lo coloque pegado a su espalda, después lo tire al piso- desde ahora nos odiamos -golpeé su cabeza para dejarlo inconsciente.

-Por lo menos entraste en razón -dijo Lenka poniéndose de pie.

-Sí, si... Lo que digas -suspiré- ¿Cómo está la peli-rosa? -pregunté cambiando de tema.

-Esta bien, si quieres puedes hablar con ella... -respondió- yo me quedo con Kagene.

-Okey, ¿Dónde está?

-En mi habitación -respondió tomando a Len de la corbata para luego arrastrarlo a mi cuarto.

Caminé a la pieza de Lenka, al entrar vi a la peli-rosa sentada en la cama.

-Hol -iba a saludar pero ella me había apuntado con una pistola- tranquila, no te haré daño... Solo quiero hablar contigo -ella soltó el arma y miró a la pared- dime ¿Cuál es tu nombre? -pregunté sentándome a su lado.

-Megurine Luka -respondió de brazos cruzados.

-Hola Megurine-san -extendí mi mano con una sonrisa- creo que ya sabes como me llamo.

-Sí, Kagamine Rin -respondió tomando mi mano para hacer un saludo- ¿Qué quieres de nosotros? -preguntó soltándose y volviendo su cara en una seria.

-¿Yo? Nada -respondí- lo que pasa es que quiero cumplir mi misión.

-¡Pero estas matando a gente inocente! -gritó en mi cara.

-No, ellos asesinaron a otra persona ¿Sabías? Además... ¿Sabes quién era ese hombre? -pregunté con un tono de molestia.

-No, y no me interesa.

-Él era mi padre -le dije señalandome- ¿Sabes lo que se siente tener solamente a tu hermana de pariente? -pregunté, podía sentir como mis ojos comenzaban a arder.

-N-no tenía idea -dijo asombrada- pero... Te comprendo.

-¿Eh?

-Veras... Yo soy hija única, mi madre murió cuando nací... Y mi padre, es un maldito traidor.

-¿Así, por qué lo dices? -pregunté tomando su mano.

-Él.. Se fue a tu agencia -respondió- lo más probable es que lo conozcas... Kamui, Gakupo Kamui -abrí los ojos como platos, mi jefe era el padre de mi enemiga.

-Sí lo conozco... Pero, no tienen el mismo apellido.

-Lo sé, me quede con el apellido de mi madre... Así pude cortar todo lazo con él -dijo soltandose- es por eso que cumpliré esta misión cueste lo que me cueste... Aunque muera en el camino.

-Ten cuidado -advertí- Kamui es peligroso -le dije levantándome- me voy.

-¡O-oye! -gritó.

-¿Qué?

-¿Có-cómo esta mi equipo? -preguntó preocupada.

-Están bien... Pero me preocupa el peli-azul -respondí de brazos cruzados.

-Kaito... -susurró.

-¿Con que ese es su nombre? -susurré para mis adentros- me voy.

Salí y lo primero que vi fue el cuerpo de Miku en el piso de la casa, el olor a sangre invadía el lugar.

-Uh, creo que debo limpiar esto... Neh, se lo dejo a Kiyoteru -dije.

-Te oí -al escuchar eso provocó que me sobre saltara- siempre me dejas lo pesado ¿Eh? -dijo de brazos cruzados- y por cierto... ¿Qué pasó aquí?

-Que te lo diga Lenka -respondí cortante- ¿Sabes la ubicación de Akita? -pregunté dudosa.

-Por el momento no -respondió arreglandose los lentes.

-Que desperdicio... -bufé- no me queda de otra que ver como esta Dell -me encogí de hombros- ¿Puedes cuidar a Megurine? -pregunté señalando la puerta en donde se encontraba.

-Claro -respondió y entro al lugar.

Subí las escaleras y entré a la habitación.

-¿Dell, Meiko? -pregunté.

-Di -hablo Dell.

-Quería saber como estaban -les dije apoyándome en el marco de la puerta.

-Ella asustada y yo fastidiado -respondió molesto.

-¿Asustada, por qué?

-Oí unos disparos -respondió con miedo en su voz.

-Oh, eso... -¿Qué le digo ahora? ¿Que su jefa fue asesinada por Len?- no fue nada, s-solo una falsa alarma -respondí nerviosa, para ser sincera la casa tiene paredes muy gruesas, espero que no haya escuchado los gritos.

-Ah... -suspiró cerrando los ojos.

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¡Enamorarse No Es La Misión! [RinxLen]Where stories live. Discover now