Prólogo.

11.5K 955 648
                                    

El joven con cascos puestos barría el suelo con una expresión de aburrimiento total. Soltó un suspiro de frustración y recogió con la pala la basura que había juntado en el suelo. A sus escasos veinte años trabaja como conserje en una estación de policias, y todo eso porque gracias a su baja situación económica no había podido avanzar en el mundo de los estudios. Pero así es como era todo. Algunos nacían con el privilegio de ser doctores, ingenieros, abogados, de ser útiles a la humanidad, y otros simplemente no. Aunque él estaba totalmente orgulloso de su trabajo. Se ganaba su escaso dinero de manera honrada y humilde, y de eso no tenía quejas porque a pesar de que era complicado, podía vivir y tener su alimento diario.

Hoy la estación estaba vacía, y quizás por eso se encontraba más limpia de lo usual. Aunque el exagerado ambiental aroma a "ola marina" combinado con alcohol, tabaco y drogas, siempre se encontraban presentes por más que limpiara y tratara de aromatizar agradablemente ese lugar. Suspiró, con tanto que amaba el orden y la limpieza, no le molestaba hacer ese trabajo, pero que los demás no apreciaran su trabajo y lo arruinaran en un dos por tres lo molestaba.

Pasos se escuchaban a lo largo del pasillo, eran pasos rápidos y furiosos. Daba la sensación de que comenzarían a correr en cualquier momento.

Por el pasillo se asomaron un guardia y un chico que no superaba los 18 años. El joven estaba siendo sujetado del brazo por el guardia mientras seguían caminando y era finalmente sentado con brusquedad en una silla.

-¡Pero si ya le dije que no fue culpa mía! Ese maldito bastardo...-se autoabrazó dando una imágen verdaderamente vulnerable y endeble. El guardia lo miró por unos momentos, como reflexionando sobre la situación.-¡Todo esto es una equivocación!-volvió a vociferar el más bajo, frunciendo el ceño y alzandose del asiento.-¡Ese maldito bastardo me estaba violando! ¡Si ustedes no hubieran llegado el maldito hubiera perdido mi virginidad a manos de un hombre!-unas lágrimas lastimeras cayeron de sus ojos, se autoabrazó con más fuerza, y el conserje se permitió bajarle el volumen a sus cascos, escuchando disimuladamente y mirando de reojo la escena. El guardia se mordió el labio y luego de unos segundos, volvió a poner una expresión dura.

-Aun si hubiera sido así, ¿Qué tenía que estar haciendo un mocoso como tú caminando por los lares más peligrosos y bajos de la ciudad?-habló con autoridad, mirando con menosprecio al chico que tenía en frente de él.

El conserje se permitió echarle una vista al chico. Tenía el cabello negro abismo y la piel pálida y delicada, como la porcelana. Sus ojos eran ambarinos y bellísimos, eran de un dorado hermoso. Su estatura era mediana. 1.80, 1.78 cuando menos. Y su contextura era bastante delgada. Sin duda un ejemplo de belleza. El conserje se sorprendió, al igual que el policia, al notar una sonrisa cínica en los labios del joven, quien en conjunto con esa curvatura de labios, había parado de llorar.

-No todos tienen el privilegio de vivir en un apartamento en el centro iluminado de la ciudad, e incluso un poco más al norte, donde se vuelve ligeramente más vulgar.-soltó una pequeña carcajada burlesca.-¿No se le pudo pasar por la cabeza que este "mocoso" podía vivir por "los lares más peligrosos y bajos de la ciudad"?-hizo énfasis en esas palabras, a la vez formulando comillas con sus dedos, sin despegar su burlesca mirada dorada de los ojos oscuros del policia.-Además... ¿No es aun más raro que ese ministro importante estuviera caminando por esos lugares? Siendo de tan alto rango... ¿No cree que eso es aun más extraño?-había vuelto a su expresión llena de inocencia e indignación de ser acusado falsamente.-¡Quiero poner una demanda por acoso sexual!-gritó indignado.

El policia se quedó el silencio, se quedó mirando esos hermosos ojos que parecían los de una astuta y engañosa serpiente. Su color ambar era tan atrapante que podía sentir como el aire se le iba de los pulmones. Se apresuró a desviar la mirada de esa trampa mortal y carraspeó, endureciendo su expresión.

El religioso, El puto, El drogadicto y El conserje (Subida Lenta) #LGBTEspanolTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon