Ésta vez era el turno de ella.
La que más me hizo daño.
La causante y culpable de todo lo sucedido.
Quien más me hizo sufrir,llorar y gritar de dolor.
Acabaría con ella.
Ese mismo día.
Quien sufriría,gritaría y lloraría de dolor sería ella.
Y lo disfrutaría más de lo que ella lo hizo cuando acabó conmigo.
Camine por el oscuro pasillo que conducía al sótano de mi hogar.
Wow¿Desde cuando no bajo allá?—me pregunté.
¿Días?¿Semanas?No recordaba con claridad.
Bajé las escaleras lentamente,provocando crujidos escalofriantes a cada escalón que pisaba.Según avanzaba,mejor podía apreciar la silueta colgante.
Sus manos estaban atadas al techo por unas cadenas lo suficientemente apretadas para soportar su delgado cuerpo en el aire.
—Hola—alargué la palabra en tono chillón,como si le hablara a un niño—.¿Me extrañaste? Yo sí que lo hice.
Encendí la luz para apreciar mejor el frágil y desnutrido cuerpo de la joven de diecinueve años.Su maquillaje corrido,su cabello maltratado con una que otra extensión caída y su sucio cuerpo,me causaron satisfacción.
Vestía una camisa rosa transparente que cubría hasta poco más arriba de su ombligo,el cual brillaba ligeramente por la perforación en él.Ese toque hacía ver más atractivo su vientre plano.
La camiseta dejaba a la vista su sostén rosa chillón de encajes que solían ser blancos,éstos hacían juego con sus bragas,las cuales se encontraban visibles debido a la ausencia de pantalones.
Tenía la cabeza agachada,sin embargo levantó la vista cuando sintió mi mirada. Su chispa de chica plástica fue opacada por mis demonios internos.
—Tzz. . .Mírate,eres un asco—escupí con odio a solo centímetros de su rostro—.Das asco,maldita perra.
—Lo dice quien disfrutó su propia violación—farfulló con desprecio y sorpresiva firmeza.
Impacté su mejilla con mi mano.
—Mejor cállate,juguete sexual—le grité—.Bien sabes lo que sucedió ese día.Arruinaron mi vida.
—Ay. . .Pobrecita—canturreó alargando ambas palabras.
No lo comprendía.
Estaba echa una mierda gracias a mi y aún seguía hablándome con superioridad.¿En ese estado?
Ella realmente tenía deseos de morir.
—¿Pobrecita?No era yo quien se acostaba con Roberto y creía que lo tenía a sus pies—respondí—.Déjame decirte que en su corazón no había espacio para zorras,quizá sí en su cama donde mismo llevaba a las demás.
—¿Como a ti?
—No querida: a ti—empujé su pecho con mi dedo índice—.Te tengo noticias,de aquí no sales viva ¿oíste?
Tenía demasiadas cosas planeadas para ella.Torturarla antes de asesinarla estaba entre ellas.
—Sabes. . .este solía ser mi lugar preferido—le dije como si de verdad quisiera que ella lo supiera.
—¿Porque?¿Te gusta la oscuridad?—habló esta vez nerviosa.
—Exacto.Y. . .¿Sabes lo que hago en la oscuridad?—pregunte juguetona mientras apagaba la luz y reía de manera perversa.
—¡No!Enciende la luz—suplicó—Por favor,no me lastimes.Siento mucho todo lo que sucedió,no soy una mala persona.Por favor,te ofrezco lo que quieras,pero no me hagas daño.—No podía ver su rostro,sin embargo sabía que estaba llorando.
—Oh vamos. . .Solo quiero jugar contigo un rato—hablé en un fingido intento de convencerla,para luego comenzar a reír a carcajadas—Les dije que no me subestimaran,o les iría muy mal,pero no escucharon.Todo esto fue algo que se buscaron,en especial tú.
Que comience el juego.
-Emelinda.

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Diario de una Psicópata
HorrorLos pensamientos de Emelinda son normales. . .según ella.Cada mínimo detalle de sus actos y razonamientos más oscuros,los escribe en su diario.No quiere olvidar nunca,la forma en que los asesina. Tiene sed de sangre,de muerte y de tortura. Ella era...