Capítulo 7

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Etapa 2: El sueño que se convirtió en pesadilla.

Capítulo 7.

James Bond y Luna se dirigían por la autopista en el jeep robado, cuando Luna se detuvo en el borde de la carretera, y se bajó del vehículo para retomar un poco la tranquilidad.

-¿Estás bien? –Dijo Bond, mientras se acercaba a ella con cautela.

-Sí, gracias… bueno, no.

-¿Qué pasa?

-Verás… me estaba preguntando qué haremos ahora. –Dijo Luna, con un tono de preocupación.

-Bond se quedó pensando y miró al cielo. De repente, recordó que estaban en Siberia.

-Conozco un buen restaurante en Novosibirsk. –Dijo con una sonrisa de lado a lado.

Luna se limitó a responder, y se subió al jeep nuevamente, pero esta vez en el asiento del pasajero. Bond los condujo hasta Novosibirsk, la capital de Siberia. Bond estaba terriblemente hambriento, y no podía evitar pensar en la comida mientras conducía. Luna, en cambio, ocultaba sus emociones con más intensidad. Después de 40 minutos de viaje, llegaron al restaurante. Era un lugar bastante elegante, tenía las paredes color anaranjado, con cortinas blancas y manteles blancos con servilletas rojas en las mesas. Bond detuvo el jeep en la puerta del restaurante, y la gente lo miraba sorprendida, ya que no era común ver a un jeep de guerra estacionar frente a un restaurante, y menos con personas que no clasifican como soldados. Bond llevaba la misma camiseta sucia y maltratada que llevó en toda su estadía en la prisión. En circunstancias comunes, se habría cambiado para la ocasión, pero ya que se estaba muriendo de hambre, dejó de lado las apariencias a pesar de que la mayoría de la gente lo miraba con desprecio. Luna compartía ese sentimiento. Ingresaron al restaurante, esta vez, Bond la dejó pasar primero, a lo que ella sonrío. Eventualmente, Bond le corrió la silla para que pudiera sentarse. Bond eligió la mesa que daba junto a la ventana, siempre que podía, las elegía, ya que eran sus favoritas, y según él, la comida se disfruta más con una vista agradable que rodeado de gente que habla. Bond chasqueó los dedos, llamando al camarero, quién se aproximó a ellos, mirándolos de forma dudosa debido a su aspecto. Sin siquiera mirar el menú, Bond ordenó.

-Quiero un roast beef con ensalada de patatas.

-¿Y de bebida?

-Vino tinto. Un Rothschild 47.

-Muy bien. –Dijo el camarero, mientras anotaba.

-Yo quiero lo mismo que él, excepto que beberé Champagne. –Dijo Luna, apresurada.

El camarero se limitó a responder y anotó, para retirarse.

-El camarero actúa raro. –Comentó Luna.

-Es normal. –Respondió Bond, con un aire de tranquilidad.

-¿Normal?

-Cree que no vamos a pagarle, o algo por el estilo.

-¿Por qué?

-La manera en que nos vestimos.

-Tiene sentido.

-Como la mayoría de todo lo que digo. –Dijo Bond, con un tono gracioso y levantando las cejas, provocando que Luna se ría.

De repente, Luna se quedó petrificada, mirando detrás de Bond. Debido al hambre, Bond no estaba atento al cien por ciento, y estaba un poco distraído, pero eso no evitó que en cuestión de segundos se diera cuenta de lo que le sucedía a Luna. El general Velin estaba sentado detrás de ellos, y los miraba con una sonrisa maliciosa. La cara de Bond cambió rápidamente al ver a Luna, y se giró hacia atrás en la silla para ver qué era lo que ella había visto, pero no había nada. Bond, con un gesto de preocupación en su cara, se inclinó hacia adelante en la mesa para se acercó a ella.

-¿Qué sucede?

-El general Velin… está justo detrás de ti. –Dijo ella, con la voz temblorosa y preocupada.

-Bond volvió a darse vuelta para confirmar, y, nuevamente, no había nadie.

-No hay nadie. –Dijo Bond, algo molesto.

-¡Está justo ahí! –Respondió ella, algo exaltada.

-Estás teniendo alucinaciones, probablemente por el shock que te provocó estar cautiva en la prisión tanto tiempo.

-¡No, está ahí!

-Escúchame.

-Pero…

-Todo está bien, yo voy a protegerte. –Dijo Bond, con un tono calmado, intentando provocar el mismo sentimiento en ella.

Luna se quedó callada por unos segundos, mirando a James. Bond pensó en besarla al perderse en sus ojos, pero recordó aquella bofetada en la prisión y decidió no hacerlo.

-¿Quieres que nos vayamos? –Dijo Bond, preocupado.

-Está bien. –Respondió ella, con angustia.

Bond se levantó de la silla y le extendió la mano, ella la tomó y se levantó. Los dos salieron del restaurant.

-¿Ahora qué? –Preguntó Luna.

-Iremos a un hotel, nos registraremos, y comeremos ahí.

Ambos se subieron al jeep nuevamente y se dirigieron al hotel. Bond entró al vestíbulo y habló con la persona encargada de atender. Pidió la habitación matrimonial, lo cual Luna no notó ya que Bond estaba hablando en ruso. Firmó en la hoja y tomó las llaves. Luego subieron por las escaleras, para dirigirse a su habitación. Nuevamente, Bond abrió la puerta, dejándola entrar a ella primero. Sin duda, el hotel no era el mejor de la ciudad, como Bond acostumbraba, pero era algo. Tenía tres habitaciones, la cocina, la cual estaba en mal estado, ya que todos los artefactos eran muy antiguos, La sala, con una televisión vieja, pero que funcionaba y un sofá maltratado y el baño, el cual Bond prefirió no ver. Las paredes eran de color verde y el tenía una alfombra beige. Lo primero que hizo Bond al entrar fue llamar al restaurant y ordenar la comida que había pedido mediante delivery, ya que el restaurant contaba con ese sistema. La habría pedido al hotel, pero dudaba de la calidad de ésta. Minutos después, la comida llegó. Ambos comieron como nunca, de hecho, solo demoraron 20 minutos en acabar con la comida y la bebida. Horas después de que ambos se cambiaron de ropa, usando la que estaba en el clóset del hotel, Luna fue a hablar con Bond.

-Oye. –Dijo Luna, en un tono dudoso.

-Dime. –Dijo Bond, con su tranquilidad habitual.

-¿Por qué ordenaste la suite matrimonial?

-Oh, me gustan las camas dobles.

-Sí, bueno, alguien va a dormir en el sofá, y no soy yo.

-Malas noticias, tampoco soy yo.

-Es un problema.

-Uno grande.

-Bastante grande.

-En realidad--

-Cállate. –Dijo Luna, abalanzándose sobre Bond, poniendo sus manos en su cara y besándolo.

James Bond 007: StarshadeWhere stories live. Discover now