Capítulo 24

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Capítulo 24.

Nataly se quedó completamente congelada y le aterraba la idea de voltear y mirar a quien la había descubierto. Sin embargo, comenzó a pensar en su entrenamiento y se las arregló para, por lo menos,  verse calma. Detrás de ella se encontraba James Bond. Quien lentamente se aproximaba hacia aquella mujer desconocida  al mismo tiempo que desenfundaba su arma. Mientras ella giraba su cabeza para mirarlo de reojo, pudo observar sus ojos color café,  tenía una belleza un tanto exótica y un cabello largo del mismo color de sus ojos. Su boca tenía una forma perfecta y la expresión seria de su cara la hacía aún más atractiva. Lamentablemente para ella, Bond no era tan estúpido como para ceder ante los simples encantos de una mujer tan fácilmente, y apenas hizo un leve movimiento para darse vuelta, Bond le quitó el seguro a su arma y con una voz sería y áspera, le habló.

-Si te mueves, no dudaré en decorar mi ventana con el interior de tu cráneo.

Nataly se quedó congelada inmediatamente,  no podía evitar sentir algo de miedo ya que carecía de mucha experiencia en este tipo de situaciones. Nunca había estado a la merced de nadie. Bond, con rapidez,  la tomó del hombro para obligarla a girar y quedar frente a él. Bond la tomó del brazo y la empujó, haciendo que Nataly caiga sentada en un sillón. Después de varios segundos de observarla y caminar de un lado a otro frente a ella, Bond no pudo evitar percatarse de su belleza.

-Hay una razón por la que estás aquí, y estoy bastante seguro de que hoy no es mi cumpleaños.

Bond hablaba con ironía al mismo tiempo que no le quitaba los ojos de encima a Nataly. Ella intentaba evitar su mirada con poco éxito mientras contaba los minutos que le estaba tomando armar una excusa, para finalmente darse cuenta de que mentir no era un plan viable.

-Fui enviada para protegerlo. No tengo intención de lastimarlo, tiene que creerme.

Pero decir la verdad tampoco lo era. No conocía bien a Bond como para saber como reaccionaria si le decía que trabajaba para el gobierno.

-Tendrás que disculparme si no te creo.

Dijo Bond, utilizando el sarcasmo nuevamente.

-Si va a matarme, hágalo ahora, me aburren los discursos de villano de película.

Bond levantó su brazo y apuntó su arma de fuego hacia Nataly. Tiempo después, se escucharon varios disparos.

En Londres,  específicamente en las oficinas del MI6, Goodnight acababa de recibir la información enviada por Nataly desde Francia. Había estado analizando la imagen de las cámaras de vigilancia y había identificado a Pierre con éxito. Sin embargo,  no había mucha información sobre él más que era un miembro del cuerpo de seguridad de Antoine LeBlanc.

Pierre ya había salido del hospital. Había alegado que fue atracado para evitar problemas con la policía,  y se encontraba nuevamente en la residencia de LeBlanc, conversando con su jefe.

-...Entonces, no viste ningún tipo de indicio que pueda sugerir que Luna Starshade todavía se dedica a asesinar personas a sueldo.

- No, señor LeBlanc. Sin embargo,  sugiero que sigamos investigando el asunto.

-No, Pierre. Solo buscaba una excusa para vengarme. La verdad es que ya estoy en condiciones de dejar atrás el pasado. Está con Bond, y no tengo intenciones de arruinar más vidas. Para serte honesto,  prefiero concentrarme exclusivamente en encontrar a mi hija, de una vez.

-Señor LeBlanc,  no puedo creer que simplemente--

-No se hablará más del tema, Pierre.

Pierre bajó la cabeza. Tenía muchos deseos de hacerle daño a Bond,  quien solía ser su amigo, sin embargo,  estos últimos tiempos tuvieron muchas diferencias, que pusieron su relación en un camino distinto.

-Ahora, ocupémonos de lo que es importante.

LeBlanc sacó unos archivos y se dispuso a abrirlos. Pierre se intuía que LeBlanc podría, finalmente,  haber averiguado algo sobre los captores de su hija,  pero antes de que dijera nada, Pierre decidió hablar.

-Señor, hay algo que vale la pena mencionar.

-Pues hazlo,  Pierre. —Dijo LeBlanc, llevándose la mano a la barbilla.

-Es sobre la mujer que me disparó en el apartamento. Estos últimos días estuve vigilando la zona. Hoy, logré localizarla y la seguí. La vi entrar en el apartamento de Bond. Cuando el no estaba ahí.

-Entonces está espiándolo. Probablemente deberías avisarle, a lo mejor ella esté tras nosotros también.

-Eso no es todo, señor LeBlanc. Desde la ventana,  pude ver a Bond apuntando y disparando hacia donde estaba ella. La mató, señor.

-Un problema menos.

Dijo LeBlanc,  mientras ahora si se disponía a hablar sobre sus archivos.

-Bueno, Pierre, estuve duplicando mi equipo últimamente. Contraté un gran número de investigadores privados y aparentemente valió la pena. —LeBlanc hizo una pausa para tomar un sorbo de whisky y continuó— Me enteré que hay tres instalaciones aparentemente abandonadas en la ciudad,  cuyo contrato está a nombre de un conocido secuestrador africano. No se sabe mucho sobre él, lógicamente, pero su nombre es Qadeem Meziane. Mejor conocido en su ámbito como el "mutilador", sobrenombre que se ganó por--

-Está bien, señor LeBlanc,  no creo querer oír eso.

-Quiero que tú y Bond vayan a estas tres instalaciones. —Dijo LeBlanc mientras le daba a Pierre una hoja con las tres direcciones anotadas— Mis investigadores creen positivamente que mi hija está siendo detenida en uno de estos lugares.

-Muy bien, señor. Me pondré en contacto con Bond y lo haremos lo antes posible.

Pierre abandonó el edificio. Antoine se quedó solo por horas y horas. Una tormenta se había desencadenado en las noches de París, y LeBlanc decidía pasarlas bebiendo. Sin embargo, esta noche algo diferente sucedería.  LeBlanc vio una figura femenina que se acercaba a él a través de la puerta de su oficina. No se molestó en llamar a su seguridad,  pues conocía bastante bien esa figura.

-Hola, Antoine. —Dijo Luna.

James Bond 007: StarshadeWhere stories live. Discover now