Epílogo

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- No quiero ir al baile.- Protestó cruzándose de brazos.

- ¡Si que quieres!- Aseguró Nathan tomándola de las mejillas.

- No.- Frunció el ceño.

- Esta bien. No iremos.- Suspiró rindiéndose.

Ambos estaban en la habitación de Nathan, recostados sobre la cama mirando la televisión.

- Iré a quitarme este ridículo traje.- Dijo levantándose de allí.

- ¡No! ¡Espera!- Se paró rápidamente sobre el colchón y se abalanzó sobre el chico.

Le dio un corto beso en los labios y corrió fuera de la habitación.

Luego de unos momentos, Ashley volvió a entrar con una pequeña mochila y se dirigió al baño.

- Espera aquí.- Ordenó y cerró la puerta.

Nathan sonrió. No podía creer todo lo que hablaron hace menos de una hora.

- Lo siento Ashley, yo iré a...- Dejó de hablar cuando la vio salir por aquella puerta.

- Ahora si podemos ir al baile.- Sonrió.

Caminó hacia el luciendo el corto vestido negro que le había comprado aquella vez.

- Pensé que no querías... ¿te he dicho que eres hermosa?- Dijo tomándola de la cintura.

Ashley solo beso sus labios con delicadeza y ternura. No podía dejar de hacerlo.

- No podemos ir.- Afirmó mirándola a los ojos.

- ¿Por qué? - Inquirió.

- No puedes ir vestida así.- Gruñó.- No espera, déjalo.- Suspiró mirando la curva de su sonrisa.- Iremos, para que todos vean que una princesa es mi pareja.

- Deja de llamarme princesa, Nate.

- Deja de decirme que deje de hacer algo porque sabes que no lo haré.- Aseguró besándola nuevamente.

- Ya.- Se giró tomándole de las manos a Nathan.- Vámonos.

***

La noche del baile se hizo corta pues, a las dos horas, Ashley ya quería regresar a su hogar.
Nathan insistió en acompañarla pero la chica se negó. Aún no deseaba invitar a un chico a su casa sola y vacía.
Pero no negó que la acompañara hasta allí.

Al bajarse del auto, Ashley se asomó por la ventanilla del lado del conductor y le dio un largo beso de despedida.

- Gracias.- Susurró al separarse.

- Gracias a ti princesa.- Sonrió.- Fue un privilegio pasar esta noche contigo.

Ash soltó una carcajada. - Te quiero idiota.

- Auch. Te amo.- Dijo por lo bajo. Un pequeño susurro que hizo que la piel de la chica se erizara.- Nos vemos mañana su majestad. Que duerma bien.

- Hasta mañana Nate.- Se despidió para luego echar carrera al portón de la casa.

Sonrió al escuchar el chirrido de los neumáticos del auto al abandonar el lugar. Pero luego, un vacío la invadió por dentro.
En ese momento, se dio cuenta de lo mucho que lo necesitaba.
Y se felicitó a si misma luego de un gran tiempo, pues, si no lo hubiera ido a buscar, quizás jamás se hubieran unido como ahora o quizás si, quien sabe.

Pasarían días y noches juntos, pasarían por desacuerdos, discusiones y peleas. Pasarían por tantas cosas... pero de una cosa Ashley estaba segura, jamás se arrepentiría de haber intentado conocerlo.

***

Luego de haberse duchado se acostó en su cama, exhausta.
Tomó su movil entre las manos y tecleó el número de Nathan. No se conformaba con oír su voz solo en los audios de WhatsApp.

Lo había visto hace unas horas, si. Pero ya lo extrañaba. ¿Raro, no?

Llamando a Nate...

Llamando...

Llamando...

Llamada fallida.

- Seguramente ya debe estar durmiendo.- Se dijo a si misma.

Suspiró y dejó el teléfono a un lado. Se acomodó entre las sabanas e intentó dormir.

Pero sin lograrlo, abrió los ojos gracias a que un ruido seco se escuchó tras la puerta de su habitación.
Se sentó en la cama asustada, con el teléfono ya en la mano, dispuesta a llamar a la policía.
Revisó la hora y aún era muy temprano para que su madre llegara, entonces su pulso se aceleró al pensar que podría ser algún ladrón.

Pero... ¿ella había cerrado muy bien la casa, no?

Los tres números para contactar a emergencias ya estaban en la pantalla de su móvil. Los ruidos aumentaban y se acostó rápidamente cerrando sus ojos otra vez, imaginando que solo era un sueño.

La puerta hizo un chirrido avisando que ha sido abierta por completo.

Un paso, y otro, y otro.

Hasta parar al lado de la chica aparentemente dormida.

No pudo evitarlo más y abrió los ojos. Pegando un grito de susto.

Nathan se asustó por un momento pero a los segundos comenzó a reír a carcajadas.

- ¿¿¡¡Eres idiota!!??- Gritó pegando un salto de la cama.- ¡¿Que mierda haces aquí y como lograste entrar?!

- La puerta... la dejaste abierta.- Sonrió.- ¿Eres un poco despistada verdad?

- ¡Eso no te da derecho a entrar así! ¡Casi me matas del susto!- Bajó la voz al ver que Nathan había dejado en su mesita de cama una caja con bombones.- ¿Que es eso...?- Dijo señalándolos.

- ¿Qué crees que son?- Susurró tomándola de las manos.

- ¿Para mi?- Preguntó mirando sus labios.

- ¿Tu que crees?- Sonrió.

- Gracias.- Dijo sin aliento.

- ¿Sabes? Te ves sexy en piyama.- Y dicho esto, pegó su frente en la de ella.

- No se que pretendes hacer aquí.- Dijo Ashley, ruborizándose por completo.

Nate soltó una carcajada.

- Como se nota que aún solo me conoces por WhatsApp.- Sonrió, para luego besarla.

FIN.

Solo te conozco por WhatsApp [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora