Recuerdo 4

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La lluvia cae por mi ventana, y golpea fuertemente exigiendo entrar. El cielo está gris. Y está llorando, al igual que mi corazón, porque en un día como hoy se fue ella.

Los días llorosos y oscuros hacen más fuerte mi demanda de estar con ella. Con escuchar su voz llamándome podría conformarme, con poder acariciar su suave cabello podría alegrarme. Pero desgraciadamente no es así, sólo me queda vivir de recuerdos, justo como el siguiente:

El año acababa y el verano se acercaba, todos, como los niños que éramos, estaban felices por el termino del sufrimiento escolar, de levantarnos temprano y el hacer tareas. Todos estaban felices a excepción de tres. Thara porque eso quería decir que pasaría la mayor parte del tiempo en su casa, sola, esperando a que su padre llegara, y la compañía de su padre era lo que menos quería. Luka era una de esas excepciones puesto que para él las heridas y moretones de su piel y de su ser iban a incrementarse en los días de descanso. Y yo, yo por el simple hecho de que no podría ver a Thara, mis días sin ella no serían felices.

El último día de clases fueron pocos los niños que se quedaron después de la entrega de calificaciones, a la mayoría, sus padres los habían llevado a festejar los buenos resultados que habían obtenido en el año. Pero como era ya costumbre, el papá de Thara no se presentó y mucho menos la madre de Luka.

Ese día, al igual que los otros donde entregaban calificaciones, Thara se veía triste y cabizbaja, y Luka se veía apagado y no se hizo notar con sus travesuras.

El día transcurrió hasta que sonó el timbre final. Thara y yo nos despedimos de nuestra maestra la cual nos dio un beso en la mejilla y nos deseó un buen verano. Salimos del salón y de la escuela. Mi padre no vendría hoy a recogerme así que me iría caminando con Thara hasta mi casa pues la casa de ella quedaba una calle después de la mía.

Tomé su mano mientras caminábamos y le sonreí para que se animara un poco.

-No te preocupes, has mejorado en tus calificaciones. No creo que pasé algo malo.

Ella volteó a verme y sonrió de una forma desgastada.

-He mejorado... pero no son "10"...

Me acerqué a ella y besé su mejilla.

-Yo estoy contigo, no te va a pasar nada malo.

Thara me abrazó. Ya habíamos dejado la escuela atrás y el cielo naranja nos hacía compañía.

-Ika-chan... te quiero.

Me sonrojé y sonreí.

-Yo también te quiero Thara-chan.

Y justo en ese instante sentí sus labios en los míos, fue rápido pero eso bastó para poner toda mi cara roja.

-¿Q-qué haces?...

-Las personas cuando se quieren se dan besos, y nosotras nos queremos mucho, ¿verdad?

-S-sí, p-pero eso sólo lo hacen l-las personas grandes. C-como mi papá y m-mi mamá.

-Cierto... pero, yo quiero mucho a Ika-chan.

Después de eso su ánimo mejoró pues se veía feliz así que sólo respondí con un "y yo a ti" y seguimos nuestro camino a casa tomadas de la mano.

Terminé de escribir eso y cerré mi libreta al notar que lágrimas rodaban por mis mejillas.

-Thara...

Y justo como el cielo, mi corazón y yo rompimos en llanto. Llamando a su nombre, esperando una respuesta que jamás volverá.

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