.Día quince.

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-¡Tu novio ya ha llegado, te está esperando! -gritó mi jefe.

-¡Ya te he dicho que no es mi novio!-repliqué. -Dile que ya voy.

Estaba en el baño peinándome. Mi pelo siempre fue un desastre con esto de desenredarlo y ahora que camino de aquí para allá es un nido. Terminé y salí de allí. Saludé a mis compañeros de trabajo y salí de la cafetería, él estaba afuera, esperándome, con las manos en sus bolsillos.

-Hola-saludé y se volteó ya que estaba de espaldas y no se había percatado de mi presencia.

-Hola -se acercó y me besó la mejilla.-¿Lista?

-Claro. -Tomó mi mano y me dirigió hacia su auto. -¿A dónde iremos hoy?

-A mi casa. -Ambos subimos al vehículo-he preparado mi especialidad.

-¿Y cuál es su especialidad, señor chef?

-Pastas ¿te gustan?

-¡Me encantan! -sonreí.-¡Voy a conocer a tus gatos! -exclamé feliz.

-Sí, estoy seguro de que ellos te darán muchos cariños.

El viaje al nuevo departamento de Ed no fue tan largo. A comparación de su otra vivienda, esta quedaba en el centro de la ciudad. El viaje fue silencioso pero no incómodo, de fondo se escuchaba la radio y eso generó un cálido ambiente ya que ambos íbamos tarareando las canciones.

Cuando llegamos, bajamos y el pelirrojo me guió. Desde afuera el edificio se veía muy lindo, nuevo y moderno. Una vez en su puerta, él la abrió y me dio el paso. Un maúllo de bienvenida se escuchó de parte de un pequeño gatito.

-Oh Dios que tierno-me agaché y lo tomé entre mis brazos mientras entraba en su casa. -Es hermosa -observé.

-Gracias. Él es Graham-apuntó hacia el pequeño felino que tenía en mis brazos-el que está en el sofá es Oreo y Stanley probablemente esté durmiendo en mi cama como todo el día los 365 días del año. -Reí y el me acompañó.

-Los gatos duermen entre 16 y 18 horas al día.

-Pues entonces quiero ser un gato -me guiñó un ojo y luego se fue para la que creo que era su cocina.

Me quedé viendo su hermoso apartamento, que, como dije antes, era muy moderno. El living era de concepto abierto al igual que la cocina, tenía un gran sofá en forma de ele y un gran televisor plasma que estaba apoyado en un mueble que funcionaba como una mini biblioteca. Me acerqué y me agaché para ver los libros que tenía. Saqué uno que se llamaba El encantador de gatos y lo abrí.

-¿Te gusta?-oí su vos en mi oreja derecha, generando que un escalofrío corra por mi cuerpo. No me había dado cuenta que se había agachado y estaba a la misma altura que yo. Tan solo pude asentir con la cabeza-Te lo puedes llevar si quieres. Ahora vamos a comer.

-¿Tan rápido?-pregunté mientras guardaba el libro en su lugar.

-Antes de irte a buscar ya había preparado todo, solo tuve que calentarlo.

Me di la vuelta y vi que tenía su mano estirada, esperando que la agarre para levantarme. La tomé y lo hice, me paré y quedé muy cerca de él, demasiado. Me miraba a los ojos pero en un momento su mirada bajó a mis labios y ¡me robó un beso! No estaba acostumbrada a que esas cosas pasen, pero no me negaba, me había gustado. Me regaló una cálida sonrisa y luego tomó mi mano para guiarme al gran comedor.

Nos sentamos a comer y sirvió las exquisita pastas que había preparado. Definitivamente, tenía talento, mas que nada con la salsa. Mientras Ed servía vino en las copas de los dos, se me ocurrió una pregunta que tenía hace tiempo.

30 Días Para Enamorarme [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora