Capítulo 14

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Adrien necesitaba despejar su mente. En el mismo día habían pasado demasiadas cosas. No. En toda la semana habían pasado muchas cosas. Primero, el miércoles fue el aniversario de la muerte de su madre. Luego, su padre cancelando todas sus sesiones fotográficas. Se les escapa un akuma, uno de los más peligrosos hasta el momento. Invito a salir, sin querer, a una de las chicas más lindas y tímidas de su salón. Besa a la misma chica en un impulso que ni el mismo conocía. Y, por último, es rechazado por la chica/heroína de sus sueños sin más explicación que ella ya tiene una pareja.

Definitivamente, ese era un pésimo sábado.

En un sábado sin trabajo, como este, solía llamar a Nino para que viniera a su casa a jugar videojuegos. O saldría junto a Plagg al cine o a algún lado para despejarse. Pero Nino estaba ocupado con sus asuntos como para ir a verlo (aunque no le hubiera dicho que iba a ir a hacer, Adrien sospechaba en que tenía algo que ver con Alya). Y desde que habían vuelto Plagg no le había dirigido la palabra.

—Se puede saber porque no has pedido nada desde ayer en la noche—le llamo el rubio a su kwami.

El pequeño ser no dijo nada. Se acostó en uno de los cojines de Adrien. La verdad es que estaba un poco fastidiado por la situación. Así que Plagg había decidido no hablar hasta que el enojo se le pasará.

— ¿Qué demonios te pasa Plagg?—pregunto Adrien, también un poco fastidiado por la situación. Enojado por cómo habían sucedido las cosas en las últimas veinticuatro horas.

—Fuiste muy infantil—dijo el kwami.

— ¿Qué dijiste?—pregunto el chico acercándose a su amigo—. Yo no fui infantil.

—No eres el primer, ni el último Chat al que han rechazado—dijo Plagg volteando a verlo. Usualmente no se preocupaba de lo que Adrien hiciera con su corazón y con su amor por Ladybug. Pero había algo en lo que Chat había hecho que no le agradaba.

— ¿A qué te refieres?—pregunto Adrien un poco intrigado.

—Muchos Chat's se han enamorado antes y han sido rechazados—dijo Plagg. Tal vez lo que más lo enojaba era abrir viejas heridas de un par de héroes de hace unos quinientos años.

—No estás enojado solo por eso—aseguro Adrien. Un año trabajando con el kwami le habían hecho saber que su pequeño amigo no estaba enojado por eso.

—La dejaste sola—dijo Plagg—. Hawkmoth es más fuerte, y Ladybug no puede sola con uno de los nuevos akumas. Si hubiera aparecido uno, Ladybug pudo haber muerto.

Adrien empezó a sudar frio. Estaba tan metido en su dolor, que nunca pensó estar poniendo en peligro a su mejor amiga y secreta enamorada. En ese momento lo único que quiso hacer fue huir. Sabía que era un defecto de él, que había que modificar su tendencia a huir del dolor. Pero, a veces incluso con la máscara le costaba ser valiente. Plagg sin embargo también le preocupaba un poco, era raro verlo enojado.

—Plagg—lo llamo.

— ¡Ah!—se quejó el pequeño ser—. Hace mucha hambre.

Adrien rio al ver el usual humor de su amigo regresar a su estado original.

—Sé dónde venden buen camembert—dijo el joven modelo.

Plagg se metió dentro de una de las sabanas de Adrien. Su cama a esa hora del día ya estaba arreglada, pues la señora encargada de eso lo había hecho desde muy temprano. Pero a Plagg no le importo. Se metió bajo de las sabanas y se hizo bolita dentro.

—Pero esta sexy sabana no me quiere soltar—. Adrien rodo los ojos ante lo que dijo su pequeño amigo. A veces le fastidiaba un poco su actitud. Hasta que recordaba que él era exactamente igual al kwami. Al fin y al cabo por una razón lo había escogido.

Días Lluviosos ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora