Capitulo 40: Hora

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(Sungmin)

Aparqué a un costado de la casa. Aún me hervía la sangre cada vez que recordaba el encuentro con el infeliz de Lee.

Cerré de un portazo el auto y entré. Todos estaban en la sala, menos Hangeng. No pregunté por él, no me importaba.

Busqué con los ojos a Kyuhyun y le hice señas para que subiera. Nadie me preguntó nada por lo que seguí y subí hasta mi habitación.

Me saqué la campera y el buzo, quedándome solo con una camiseta ajustada al cuerpo. Me recogí el pelo en una coleta, un poco arriba de la nuca.

Un suave golpeteo de nudillos en la puerta llamó mi atención.

-Entra Kyu.

Él pasó y la cerró detrás de si.

-¿Sucedió algo? Tu cara es mortal...

Me acerqué rápidamente a él. Lo tomé por el cuello y casi pegué mi rostro al suyo.

-Cierra la boca... - le dije en un susurro sobre de sus labios. Él jadeó ante mi respiración acelerada y los entreabrió en acto reflejo. Estampé mi boca en un profundo y necesitado beso, fundiéndome al instante, disfrutando de su sabor, de su roce.

Me separé y lo tomé de la ropa. Lo llevé hacia la cama casi a la rastra y lo empujé, cayendo sobre él de forma inmediata.

Kyuhyun me agarró del cuello y me atrajo hacia sí, besándome otra vez. Bajó su mano por mi torso y comenzó a acariciarme la entrepierna. Gemí en su boca y sentí mi miembro durisimo pujando por salir. Me apreté contra él con lujuria.

Me desprendió los pantalones y, con la punta de los dedos, sacó mi sexo erecto. Jadee ante su roce y sepulté mi cara en su cuello. Lo desee como nunca. Quería oir sus jadeos, su respiracion entrecortada, sus gemidos mezclados con mi nombre. Quería hacerle el amor y así olvidarnos por un rato de la realidad que vivíamos.

Moví las caderas de forma involuntaria, frotando mi pene contra el estómago de Kyu. Gimió de manera sonora, lo que me pudo mucho más. Nos despojamos de nuestras ropas, al tiempo que seguíamis besándonos.

Cuando estuvimos completamente desnudos, empecé a lamer sus pezones de forma brusca. Primero uno, luego el otro, hasta sentirlos completamente duros bajo mi lengua. Mordisquee la zona, haciendo que Kyu curvara la espalda en busca de más placer.

Separé sus piernas y acaricié con impaciencia su miembro caliente. Lo lamí un par de veces y succioné la punta hasta hacer brotar de alli el liquido preseminal. Bajé con mi lengua por su sexo hasta llegar a la base. Le lamí con cuidado y parsimonia los testículos y él gimió con fuerza, al tiempo que acariciaba mis cabellos. Subí de nuevo y succioné su miembro con mayor velocidad, pero sin dejar que acabara alli mismo.

Tomé mi propio sexo, lo acerqué a su entrada y lo penetré sin mediar palabra.

Él curvó su cabeza hacia atrás y yo me mantuve quieto hasta que su cuerpo se acostumbrara a mi, al tiempo que ahogaba su grito con mi boca. Lo liberé, pero seguí por su cuello, comiéndome cada centímetro de su perfecta piel.

-Minn.. ..hmmmnn.. aahh...

Su voz era entrecortada por los jadeos producto de mis embestidas, que eran profundas pero suaves.

Sabía que esta podía ser quizas nuestra ultima noche juntos y quería sentirlo. Tocarlo y besarlo. Saber que él me pertenecía así como yo le pertenecía a él.

Lo besé con amor y pasión mientra entraba y salía de su cuerpo perfecto.

Mi respiración empezó a acelerarse a medida que mis empujes era mas frenéticos.

Él giró la cabeza mientras gemía y aquello me llevó hasta el cielo mismo.

Tomé su pene y lo masturbé hasta hacerlo eyacular sobre su estómago.

-Kyuu...- gemí su nombre en un susurro, sintiendo las oleadas de placer en mi, mientras aquel vaivén me llevaba a la gloria, haciendome olvidar de todo.

Aumente mis embestidas hasta sentir el orgasmo en cada arteria de mi cuerpo y, en un segundo, me vacié dentro de él.

Me caí hacia un costado, completamente exausto. Kyu se giró hasta quedar de frente a mi. Me besó con ternura y yo le seguí. Era lo mas hermoso que me habia pasado en mi detestable vida.

-Prometeme que siempre te vas a cuidar... - le dije con un suave beso en los labios.

-Solo si tú te quedas conmigo. - me dijo.

-Siempre. - le besé en la comisura - siempre te voy a amar, Kyu...

-Te amo Sungmin.. - y me besó casi con desesperación. Correspondí a su beso con el mismo sentimiento. En un punto, aquello me asustaba.

-¡¡¡Sungmin!!! ¡¡¡Kyuhyun!!!

Los gritos provenían de abajo. Nos levantamos como impulsados por un rayo y nos vestimos a la velocidad de la luz. Tomamos nuestras respectivas armas y salimos.

En mitad de la escalera encontramos a Shindong.

-Estan afuera. Llegó la hora. - nos dijo con seriedad.

Asentimos y bajamos a raudales. Miré y vi que Hangeng había llegado. Perfecto.

Miré hacia afuera y dislumbré en aquella penumbra a cuatro figuras. Pero mis ojos no distinguían nada más.

-Estan el dectective Kim Heechul, el mocoso Kim, Lee y el viejo Park. - dijo entonces Yesung.

Asentí una vez y me preparé. Observé por el rabillo del ojo a mi compañero y al amor de mi vida. Kangin, Shindong y Hangeng estaban en puntos estratégicos, diseminados por la sala. Kyuhyun, cerca de mi, me observó con una mirada que no pude desifrar. Se me encojió el corazón y, abandonando mi puesto, me acerqué a él y lo besé. Había angustia, dolor y amor en ese beso. Nuestro último beso quizás.

Regresé a mi lugar y apunté hacia afuera.

-A la cuenta de tres empezamos. - dije en voz baja.

Cuando dije tres, la balacera por parte nuestra empezó, haciendo pedazos los vidrios de los autos allí afuera.

Entonces se escucharon los disparos provenientes de ellos. Las ventanas cayeron destruidas en una miríada de pedazos de vidrio, en medio de un gran estruendo.

Nos protegimos y continuamos disparando.

-¡Salgan y den la cara!

Aquello me enfermó de odio y emití un grito gutural que salió desde lo mas profundo de mi garganta.

Aquello iba a ser un mano a mano sangriento. Mi cuerpo reaccionó, disparándose en mis venas la adrenalina.

Sin pensarlo dos veces, salí como impulsado por alguna fuerza extraña, viendo por el rabillo del ojo cómo los demas me seguian.

Miré hacia adelante y vislumbré las figuras de las personas que odiaba. La lluvia se empazaba a cernir. El cielo era de un gris claro, debido a las nubes llenas de agua. Apunté y disparé varias veces.

Miré hacia atrás y vi la barrera que habían formado los chicos, todos alertas y en sus puestos, listos para atacar.

Definitivamente había llegado la hora.

El Pacto [EunHae] [+18]Where stories live. Discover now