Capitulo 25: Miserable.

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El ritmo en el que danzaban sus labios era tan erótica, tan sensual, era como si llegara al cielo y tocar las nubes, como si flotara en el aire, se olvidaron del tiempo, del espacio a su alrededor y siguieron disfrutando de aquel apasionado beso, hasta que llego un momento donde escucharon los ladridos de Chispita y se vieron en la obligación de separarse, aunque lo que más hubieran querido es que ese beso hubiera sido eterno, no les habría molestado.


Amelia: ¿Chispita? –dijo aun con la respiración acelerada.


Oliver: No te preocupes, aun sigue aquí –dijo mirando como Chispita corría de un lado a otro, luego volvió a mirarla y noto como sus labios temblaban, estaban hinchados por lo de hace un momento, entonces sonrió satisfecho- eres hermosa.


Amelia: Oliver –dijo notablemente sonrojada- esto es incomodo.


Oliver: ¡Nada de eso! ¿Acaso no lo querías? Pues déjame decirte que te sentí tan dispuesta como yo... si me dieran a elegir, preferiría morir con tus besos, y fuera feliz en mis últimos segundos de vida.


Amelia: ¿Enserio te gusto?


Oliver: Me encanto. Me tienes loco, me fascina tu olor, tu pelo, me cautiva tu sonrisa y tu piel es tan suave –dijo y acaricio su mejilla suavemente, pero vio que se puso tensa y la aparto rápidamente.


Amelia: Oliver, no creo que esto esté bien...


Oliver: Nuestros padres están casados, lo que nos convierte en hermanastros. Pero no somos familia, así que no veo nada de malo... está bien, no quiero incomodarte con esto. Ven, regresemos a casa.


Regresaron a la casa. Oliver la llevo a su habitación junto con Chispita y luego fue a la suya. Estaba triste porque tenía la esperanza de que después de esto Amelia sintiera lo mismo por él, pero se había equivocado, el estaba cada vez mas enamorado y ella ahora debe estar pensando lo peor de él. Mientras trataba de conciliar el sueño, fue inevitable pensar en aquellos besos, si años antes le hubieran dicho que se iba a enamorar de una mujer probablemente su reacción no sería la más agradable, pero ahora sabía que era estar enamorado, aunque no correspondido, pero era el sentimiento más noble y hermoso que jamás ha experimentado. Así, logro conciliar el sueño con esa sonrisa boba que solo Amelia lograba sacar de él.


Amelia pensó en todas esas palabras que le dijo Oliver, le parecieron tan bonitas, pero a la vez se preguntaba si seria verdad... nunca se imagino en una situación como esta, sabía que Oliver no tenia buena fama, usaba a las mujeres con un mismo fin, acostarse con ellas, pero lo escucho tan sincero, y esos besos despertaron algo en ella que no sabía que tenía, la pasión y el deseo, hasta ese momento no se había sentido deseada de nadie, ni había sentido el deseo de besar a alguien, simplemente, había sido fantástico, y esa sensación en el estomago, ese cosquilleo como cuando se enamora por primera vez... pero no, esto no podía pasar entre ellos, eran hermanastros, y asi debía continuar su relación.


La mañana siguiente, en el desayuno todos estaban muy tensos menos Eva que era la única que hablaba, hasta que vio que nadie le prestaba atención, ni siquiera su propia hija, ya que sabia reconocer cuando estaba pensativa.

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