X

35 4 1
                                    

"Nuevo hogar"

Te preguntarás que puedes hacer cuando estas despierto a las dos de la mañana en un refugio: pensar en las posibles de un ataque. En ese momento caí en la cuenta de que las posibilidades eran tan variadas que daban miedo. Desde la muerte de Ellen hasta la muerte de todos o mi muerte o...bueno, creo que se entiende. Cuando una de las hipotéticas situaciones de mi cabeza fue que todos estábamos vivos reparé en que quedarse en el refugio sería un suicidio. No teníamos nada preparado para salir arrancando a buscar otro lugar...ni otro lugar al que ir. No podíamos detenernos en un lugar por más de veinticuatro horas después de ser atacados, no podíamos seguir en el refugio.

04:30.

Alex despertó. Se sentó y se estiró.

-¡Alex!- exclamé en un susurro.

-¿Raymundo?- dijo seguido de un bostezo.

-Sé que es raro, pero llevo tiempo desierto y he pensado que, si de milagro sobrevivimos a un ataque, quedarnos en el refugio sería una locura. No tenemos nada preparado- comencé a atropellar las palabras una tras otra- debemos prepara al menos dos mochilas con alimentos y...

-¡Cálmate!- gritó agitando un brazo. También los despertó a todos.

De a poco todos comenzaron a sentarse y estirarse en sus lugares.

-¿Qué es todo ese escándalo? - preguntó con voz soñolienta Carmen.

-Raymundo me acaba de decir que pasamos algo por alto: si sobrevivimos a algún posible ataque no podemos seguir en el refugio. Ahora todos arriba - ordenó poniéndose en pie- colóquense sus cascos. Armaremos dos mochilas con comida, no suelten sus armas en ningún momento.

-¿Sirvo el desayuno?- preguntó la pelirroja, frotándose los ojos, después de un breve silencio.

Todos asentimos.

Mientras María iba a buscar las latas los demás ordenamos los sacos de dormir y los apilamos en una esquina. Al momento de ir a tomar desayuno María ya tenía las latas ahí.

El desayuno transcurrió bastante rápido. Casi ni nos miramos. Todos estábamos completamente sumidos en nuestros pensamientos. Yo solo pensaba en como mantener con vida a Ellen, María y Andrés. Sobre todo a Ellen.

Alex decidió que tuviéramos prendido el televisor para mantenernos al corriente de las cosas que sucedían. El mapa cada vez tenía más verde. Verde que me preocupaba y alegraba al mismo tiempo.

Cundo todos terminamos el desayuno y el grupo de aseo hubo recogido las latas el militar nos dio la última orden:

-Ahora quiero que todos ayuden a guardar la mayor cantidad de latas en estos bolsos- dijo dejando en el suelo siete mochilas un poco más grandes de lo normal que había ido a buscar al cuarto de vigilancia.

06:00.

Dejamos, estratégicamente, las siete mochilas al lado derecho de las escaleras de salida. De esa forma sería más fácil escapar, si lográbamos sobrevivir.

Como el sofá estaba asiendo de barricada en la entrada todos estábamos repartidos por la sala acostados o sentados, excepto uno. El ex estratega del bando pacífico estaba dando pasos de un lado a otro- supongo que pensando- hasta que se detuvo en seco, miró hacia donde estábamos nosotros, alzando las cejas y abriendo los ojos como platos.

Salió de su estado de estupefacción y echó a correr hacia el cuarto de vigilancia. Entró a duras penas al cuarto. El resto nos miramos, nunca habíamos visto a Alex correr. Por lo bajo era raro.

18 Días De Guerra [#AstraAwards2016]Where stories live. Discover now