Atrapada en el tiempo (fanfic corto de la Saga Divergente).

Capítulo 2.

     Estuvimos en silencio la mayoría del trayecto. Ya comenzaba a oscurecer, y mi estomago me pedía alimentos urgentes. La voz de un hombre se escuchó entrecortada en la parte de atrás del camión. Tris me pidió que me detuviera y fue a investigar. Seguía escuchando la voz del hombre pero no comprendía lo que decía. Entonces Tris entró muy agitada.

     —¿No existe otro camino para llegar a Chicago? —me preguntó casi en gritos.

     —Hay una entrada podemos llegar en el camión pero no podremos entrar con él, tendríamos que ir caminando después.

     —Mejor vamos por allí —la miré desconcertado. Mi rostro confuso le dio a entender que no entendía la razón del desvió; así que prosiguió a explicarme —. Una unidad militar viene en camino en busca del camión robado.

     —La desviación está a un kilómetro.

     —Entonces, acelera.

     Aceleré lo más que el camión podía dar. Llegamos a la intersección rápido y apenas entramos en el camino que el bosque cubría, vimos como las luces de varios camiones pasaban y se dirigían en camino al laboratorio. Posiblemente nadie recordaba esta intercepción ya que no nos siguieron.

     Faltaba una milla aún por llegar cuando Tris habló.

     —Dime cualquier cosa que crees que merezca saber.

     —Tris, hice todo esto porque quería rescatarte.

     —No dijiste que no pude despertar después de revivirme, ¿qué te hizo pensar que hubiera despertado ahora?

     —No lo sabía, solo esperaba que funcionara.

     —¿Si no hubiese funcionado hubieras muerto por mí? —me preguntó, pero antes de poder responder ella habló —. No soportaría. Hasta después de muerta alguien moriría por mi culpa.

     —No creo poder vivir en un mundo sin ti.

     —Ni siquiera me conoces —Tris me atajó un poco irritada.

     —No, llevo investigándote aproximadamente diez años —le dije sin analizar antes—. Lo hice porque eras joven y muy guapa, y creo que merecías una vida más larga.

     —Entonces, es una segunda oportunidad de vivir.

     No le respondí ya que delante de nosotros la inmensa valla se levantaba. Ya estábamos allí, ahora en adelante tendrían que ir caminando.

     —Recuerdos —fue lo único que dijo ella.

     Apagué el motor y nos bajamos. Tris tomó la pistola apuntando a todos lados. Los escombros por la caída de un edificio cubría la valla. Nos acercamos a los escombros y comenzamos a escalar. Cuando llegamos a la cima escuché el motor de un camión, volví la mirada y un camión se acercaba a toda velocidad hacía nosotros por el camino por donde habíamos llegado. Tris también lo notó, ya que me tomó del brazo y me haló para escalar con más agilidad y pasar sobre la valla a toda velocidad. Antes de quedar fuera de la vista de la unidad militar una bala rozó mi hombro rasguñándome y quemándome. El ardor fue inmediato, ahogué un gritó pero sin detenerme.

     Llegamos a tierra firme nuevamente, y esta vez parecía que era ella quien me guiaba a mí. Ella conocía esta ciudad tanto como yo.

     —Es obvio que conoces el lugar —le dije entre jadeos mientras continuábamos corriendo —. Pero todo ha cambiado, y mejor me sigues a un lugar que considero seguro.