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Alaska, no me crees cuando te digo que me aferraba a ti como quien se aferra a la vida. Te amo. Te amo como quien ama al otoño por su viento fresco y sus hojas sobre el pavimento.

Te echo de menos. Miro con envidia a esas parejas que caminan compartiendo calor con los dedos entrelazados dentro del mismo bolsillo de la chaqueta. Recuerdo con nostalgia tu cuerpo, tu alma y tu ser y es que joder Alaska, me gustaban de ti hasta tus defectos.

Cerillas consumidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora