11 parte, un vistazo al pasado de Daniel

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Narra Daniel

Ahira puso su mano en mi mejilla, cerré mis ojos, cuando mi cabeza empezaba a dar vueltas. Abrí los ojos, me encontraba en mi habitación, en la casa de mis padres en Alacante. Tenía alrededor de siete años. Me levante de la cama y fui a la habitación de mis padres. Pero no estaban, sabía perfectamente dónde estaba mamá. Camine a la habitación donde la puerta estaba casi abierta. Mamá sostenía la misma manta morada en sus manos. La que le pertenecía a Britt.

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Siete años después

—No te preocupes, Dani, volveremos pronto—dijo mi madre, me abrazo—. Mientras tanto obedece a tus tíos y a tu hermano.

—Clary tenemos que irnos—dijo mi padre, para después sonreírme y alborotarme el cabello.

Desde esa vez que se fueron, no había vuelto a verlos. Semanas después desperté y baje las escaleras esperando verlos o aunque sea una carta. Había una carta, pero no era de ellos, venía de parte del inquisidor Tunderwater. Ustedes ya saben que decía.

Mis tíos ambos estaban en el suelo de rodillas mientras mi tío con lágrimas en los ojos, abrazaba a mi tía mientras ella lloraba sin control. Estaba frente a ellos con la carta en las manos, di la vuelta y me encontré a Sophia asustada sin saber lo que sucedía, camine y le entregaré la carta con agresividad, y subí las escaleras molesto.
Para después azotar la puerta de mi habitación, me tire al suelo,  al lado de mi cama. La voz de mi padre no dejaba de pasar por mi cabeza.

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—Daniel, llorar no tiene nada de malo.

—¿Yporque tú no lo haces? Ni siquiera cuando Britt murió. Además llorar es para mundanos.

—¿Quien dice que no lo hago?—preguntó divertido, con una sonrisa en el rostro, pero yo no reí. Dejó de sonreír—Bien, Daniel te contaré una historia—se puso de rodillas frente a mi—. Cuando tenía tu edad Valentine, tu abuelo me dio un halcón, para que lo entrenara con la intención de que fuera un compañero matador, cosa que simplemente no pude hacer. Tenía miedo a que me hicieran daño tanto a mi como al ave. Lo que hice fue acariciar sus alas hasta llegar a un punto en que me quiso, y obedeciera mi órdenes. Después de domesticarlo, se lo mostré a tu abuelo con la esperanza de que él se pusiera orgulloso, pero al enseñárselo, él me dijo que no lo había domesticado, en vez de eso lo había malcriado, después de regañarme le rompió el cuello al halcón. Llore la noche entera, y jamás volví a llorar—dijo mi padre sombrío—. No cometas el mismo error que yo. No dejes que te rompan.

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Hice lo mismo que mi padre... No eh llorado desde esa noche. Solo necesitaba encontrar una razón para dejar de llorar. La muerte de mis padres era una, pero... después conocí a Olivia Stormlight.

Después de mudarme al instituto de Nueva York con Sophia, convivíamos más con Adam ya que él vivía en el instituto con mi tío Alec. Meses después mi tío estaba hablando con una familia; una mujer muy delgada con el cabello rubio corto, a su lado estaba un hombre también rubio. Una chica también rubia de aspecto hermoso estaba al lado del hombre con un maletín grande a sus pies. Mi tío me volteo a ver y los tres le siguieron la corriente. Los padres de la chica no sonrieron, la mire, ella si sonreía, yo no devolví la sonrisa. Ella se sonrojó violentamente. Reconocí al hombre, no era un desconocido, era el anterior director del instituto. Después de que mi abuelo Robert se convirtiera en el inquisidor él y mi abuela Maryse se mudaron a Alacante y mis padres se volvieron directores del instituto. Cuando la cónsul Jia Penhallow dejó su puesto y el nuevo cónsul, Benjamine Truecross, les pidió a mis padres que se mudaran a Alacante, ya que ellos eran considerados los mejores cazadores de sombras. Ellos aceptaron y el nuevo director del instituto fue Lucas Stormlight, pero les quitaron la dirección de este por un rumor, se decía que él anteriormente había estado en el círculo de Valentine y que había estado comunicándose con Sebastian en la guerra oscura. Y así fue como Alec se volvió el director del instituto.

Cazadores de sombras: ciudad de misterios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora