25, prisionero del gard

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La luz del radiante sol entraba por la ventana cubierta de polvo, tierra y telarañas. Di la vuelta y no encontré a Daniel. Me levante de de la cama, salí de la habitación y camine en dirección a las escaleras cuando en la mesita de al lado del sofá encontré unos retratos. En uno estaban los padres de Dani, de jóvenes de aproximadamente unos dieciséis o diecisiete años. En otro estaban Will y Dani haciendo caras graciosas, Clary estaba en medio de ellos riendo. Al lado de esta había una foto de una pequeña bebe con cabello pelirrojo, sus ojos estaban serrados al igual que su boca, sus pequeñas comisuras se curvaban un poco. Recorrí lo que quedaba de la sala, empecé a bajar las escaleras cuando llegue al último escalón y encontré a Dani encima del banco del piano, mirándolo. Llegue por detrás y lo abrace.

—hola—dijo el

—hola—repetí, bese su mejilla—¿que haces?

—pensando

—ya era hora

El rió, me senté a su lado en el banco. Seguía sin camisa, lo cual no me molestaba en nada.

—no puedo creer que hiciera eso

—¿a qué te refieres?

—que soy una persona muy insensible. Como pude decirle a mi hermano de esa manera

—¿te refieres a tu padre?—yo sabía que Daniel le diría a Will sobre Jace, solo que no sabía cuando, hasta que él se desmayo. Supuse que se lo había dicho.

—si, una cosa es que el me mintiera y otra es que le mintiera a Will y los demás.

—deberías de dejar de pensar en eso y aceptar de que el está con vida. Tal vez pienses que él es una persona horrible por no haber estado estado con ustedes, pero ¿sabes algo?. Lo hizo porque no quería que los demás sintieran lastima por el, y porque no quería verte a ti y a Will sufrir.

—eso lo sé, es mi padre, lo conozco a la perfección. Lo que me molesta es que cuando lo necesitaba, el jamás estaba, pensé que estaba muerto, pensé que jamás volvería a ver su cara. Lo había aceptado y ahora solo siento odio hacia el.

—él estuvo ahí todo el tiempo, solo que te no lo veías.—El no dijo nada, bajo la vista hacia sus manos. Tome su brazo, bese su mejilla. Él sonrió. La primera impresión que daba Daniel era: chico malo, rubio, bonitos ojos, superficial, playboy y molesto. Pero una vez que lo conoces, solo vez a Dani y toda la sensación de chico molesto y superficial se va y no puedes dejar de pensar en su hermoso corazón. Seguía siendo el mismo chico con ojos bonitos y cabello rubio perfecto, pero eso jamás cambiaría. Una vez que él se abre y te deja conocerlo, notas que ser chico malo, solo lo aparenta para llamar la atención. Superficial, pretende serlo solo porque se aleja de aquellos a los que ama más. Ser Playboy, lo hace porque perdió a la chica de sus sueños. Y molesto solo porque no quiere importarse por ti y porque no quiere después alejarte.—Dani, tienes un enorme y hermoso corazón. ¿Lo sabes?—dije. El rió irónico, elevando sus comisuras.

—bien, será mejor que nos preparemos para salir. A no ser que quieras salir con esa blusa.—Llevaba puesta una blusa que solo llegaba a cubrir de mis hombros a mis muslos. Así que lo correcto sería aunque sea llevar unos jeans antes de conocer a alguien nuevo.—y no creo que a mí madre le molestaría que usaras su antiguo traje de batalla.

—¿sabes Dani?, tengo unos jeans y una blusa que puedo usar.

—¿acaso eso lo compraste en alguna tienda mundana?

Cazadores de sombras: ciudad de misterios Where stories live. Discover now