Capítulo 5

563 64 31
                                    

Día 15

Gaia

No soportaba estar un segundo más, poco a poco HYDRA ganaba terreno. Me siento destruida por dentro, el dolor es agonizante; simplemente, me gustaría cerrar los ojos y no volverlos a abrir, terminar con todo esto; no volver a oír, a no ver, no volver a sentir. 

Ellos ni han de estar buscándome, ni siquiera se habrán enterado de lo ocurrido, Strucker tenía razón... no les importaba. Si lo supieran, hace mucho estaría fuera de este lugar, pero no, aquí sigo. No sé ni que día es o cuantos días llevo aquí, pero no hubiera durado tanto si se preocuparan por mí. No los culpo por no saber que estoy aquí, pero duele pensar que tal vez ellos no estén buscándome. Ya ni siquiera sé que pienso, esto está acabando conmigo. 

Escucho la puerta abrirse lentamente, hay un hombre detrás de ella: es la mano derecha de Strucker. Observo como se acerca a mí con paso decidido, mi cabeza da vueltas, tantos sueros comienzan a afectarme. 

-Eres muy bonita-dijo el hombre acariciando mi pierna izquierda.

-Aléjate-pedí como pude.

-No puedo, tu belleza me atrae, es como un imán-dijo acariciando ahora mi rostro, yo sólo pude apartarme de sus manos, lo que causó la risa en él- entiende querida, harás lo que yo quiera que hagas-tras terminar de hablar, sus labios se dirigieron a mi cuello. Trataba de zafarme, quería quitarlo de mí, pero lo único que lograba era hacerlo reír-tranquila, te haré disfrutar a ti también, no solamente pienso en mí-comentó dirigiendo una de sus manos a mis piernas. De mis ojos salían lagrimas de impotencia, no podía hacer nada, mi mente estaba bloqueada.

-¡Aléjate de mi!-grite con impotencia. El rostro del hombre se desfiguró del enojo y sentí como su mano se estampaba contra mi cara 

-¡Cállate!-grito él, propinándome otra cachetada. Sus manos recorrían mi cuerpo con urgencia, yo seguía moviéndome para tratar de apartarlo. De un momento a otro se puso encima mío, inmovilizándome.

Narrador omnisciente

Cada segundo que pasaba era sin duda peor que el anterior, pues se sentía cada vez más sucia al tener las manos de aquel miembro de HYDRA sobre su cuerpo. El rostro de la joven se encontraba inundado en lágrimas, por culpa de la impotencia y la nula posibilidad de quitárselo de encima. Su cuerpo temblaba sin control, mientras que el miedo comenzaba a tomar más terreno, pero de un momento a otro, todo se descontroló.

La ojiazul gritó intensamente, haciendo que su cuerpo comenzara a cubrirse de aquel fuego que la invadía por dentro. El hombre sobre ella comenzó a arder en vida, mas esa vida poco a poco se alejaba, hasta desaparecer por completo. Las alarmas del lugar comenzaron a sonar, pero la pelinegra no les tomaba importancia, su único pensamiento era salir de ahí rápidamente. Esta intentaba librarse de las esposas, mas nunca cedieron. Su pecho comenzó a contraerse hasta el punto que se le hizo toda una guerra el poder respirar con normalidad, mientras que su cuerpo temblaba sin parar; estaba sucumbiendo ante un ataque de pánico. En ese momento, varios hombres comenzaron a llegar, estaban bastante armados, mas no se movían, no sabían cómo acercarse a la joven.

-Sédenla ahora-ordenó Strucker.

-Pero señor, no podríamos acercarnos, es la misma situación de la vez pasada- comentó uno de ellos, algunos de los soldados giraron su cabeza hacia el hombre que yacía muerto en una esquina, completamente calcinado.

-Hay un herido señor- informó un soldado.

-Verifiquen quien es-ordenó.

El fuego que la rodeaba comenzó a ceder por la falta de oxígeno. Ese fue el momento que aprovecharon para introducir un nuevo sedante en la joven, la cual comenzó a sentirse mareada rápidamente.

EncerradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora