La Cabaña Noveno Capitulo

2.4K 74 8
                                    

*****Noveno Capitulo*****

Desperte al sentir mi cabeza retumbar; Dios, ¿que paso? ¿tome mucho ayer? Me di cuenta que estaba en una cama, me enderece tratando de abrir los ojos inutilmente pues el cuarto estaba muy iluminado; estupido Axel le he dicho que odio que abra las ventanas de mi cuarto. Un momento, yo no fui a ninguna fiesta ayer. Mi cabeza retumbaba aun mas al recordar los eventos de ayer. Las imagenes de los dos hombres en la tienda atacandome vinieron a mi mente haciendome estremeser. 

Mis ojos se adaptaron a la luz y vi a mi al rededor, estaba en un cuarto -que no era el mio- muy grande y lindo. Oh cierto, la cabaña del tio de Marcos. 

Marcos.

Instantaneamente recorde a Marcos peleando con los hombres de ayer. Oh Dios, ¿donde esta el? ¿Como esta? Me levante de la cama rapidamente y senti mi cabeza dar vueltas. Wow Zunny tranquila. 

Me sente y espere a que el mareo pasara, sentia un gran dolor en la parte baja de la cabeza y no fue hasta que me toque la nuca que me di cuenta que tenia una venda amarrada al rededor de la cabeza. 

Trate de recordar que habia pasado la noche anterior pero mis recuerdos terminaban al ver a Marcos pateando a un hombre, despues de eso eran solo unas cuantas imagenes borrosas y despues nada. 

Al sentirme mejor me levante y asome mi cabeza por la puerta, nadie en el pasillo. ¡Dios, 8 personas en esta casa y nadie se digna a aparecer por aqui! Abri la puerta de Axel pero nadie estaba ahi tampoco. Tal vez estaban todos en la sala. 

Al dirigirme a la sala me encontre con Marcos por las escaleras con un traste lleno de agua y un trapo en la otra mano. Sus ojos se abrieron y me observo de arriba abajo mientras yo le daba una sonrisa confundida. 

“¿Que haces aqui Zunny? ¡Deberias de estar descansando!” dijo alzando un poco la voz causandome mas jaqueca aun. 

“Si Marcos, a mi tambien me da mucho gusto verte.” dije sarcasticamente sobandome la cabeza. 

“Zunny, te diste un golpe muy fuerte ayer y necesitas descansar,” me contesto un poco mas calmado, “Vamos a tu habitacion” dijo guiandome de regreso al cuarto. 

En otras circunstancias me hubiera opuesto, pero esta vez me sentia muy debil. 

Cuando entramos al cuarto me ayudo a recostarme en la cama y  a cambiarme la venda que tenia al rededor de mi cabeza, pude ver una mancha de sangre asi que talvez la herida era grande. Cada segundo que pasaba sentia como si alguien me estuviera golpeando con un martillo en la cabeza. 

“¿Como te sientes?” me pregunto.

“Como si alguien me estuviese golpeando con un martillo, pero aparte de eso, bien. ¿Como estas tu?” pregunte examinando su cara y note un pequeño moreton en su quijada. 

“Yo estoy bien Zunny, no te preocupes” me dijo con una sonrisa, “ahora recuestate porque tienes fiebre.”

Hice lo que me dijo como buena niña y cerre los ojos. Marcos humedecio el trapo en el traste de agua y me lo puso en la frente. Sentir el trapo frio contra mi piel caliente se sentia bien. 

“¿Marcos?” susurre su nombre. 

“¿Si?”

“Gracias...por... eh.. tu sabes, ayudarme anoche” conteste un poco avergonzada. 

No escuche ninguna respuesta por un largo tiempo asi que abri los ojos. Me estaba viendo intensamente con un brillo que no pude descifrar en sus ojos; despues de lo que me parecio una eternidad, tomo mis manos entre las suyas y me beso la mano, mi corazon se encogio. 

“Zunny, lo que parece que tu no logras entender, es que yo haria cualquier cosa por ti,” su voz suave y dulce. 

Sentia mi corazon en la garganta, la intensidad de sus ojos era inexplicable. 

“Gracias” fue lo unico que pude decir, ¿Que mas podia decir? Nunca nadie me habia dicho eso, aparte de Axel. 

Marcos se levanto y me dio un beso en la mejilla, tomandome por sorpresa. Senti mi cara roja.

“Me gusta cuando te sonrojas” me dijo guiñandome el ojo, lo cual hizo que me sonrojara aun mas. “Dejare que descances, duerme Zunny.” Y con eso se volteo y salio de la habitacion. 

Me quede yo sola con mi soledad -y el dolor de cabeza- pensando en todo y nada. ¿Como puede Marcos afectarme tanto? ¿Que paso con los hombres de ayer? ¿Por que nadie mas ha venido a ver como estoy? 

Es obvio que le gusto a Marcos, lo tengo que aceptar. Pero, ¿estoy lista para una relacion? ¿y que tal si no funciona y arruinamos nuestra amistad? ¿O que tal si si funciona y puede nacer algo lindo?

Mi cabeza seguia doliendo y decidi aclarar mi mente y dormir un poco, escuchando el viento y los pajaros cantar, no tenia ni idea de que hora era. Y entre pensamientos bruscos y preguntas sin respuestas me quede dormida.

Cuando recupere la conciencia me sentia algo mejor. De nuevo estaba sola en el cuarto. Dios, odio la soledad. 

Me enderece y me estreche lo mas que pude, ahh se siente bien estirar los musculos, note que ya no tenia el trapo humedo en la frente y mire al rededor buscandolo. Tampoco estaba el traste con agua que habia traido Marcos anteriormente, seguro vino a checarme y se los llevo. Mi estomago se quejo por la falta de comida y me di cuenta que mi ultimo alimento habian sido los sandwiches de la fogata. 

Me levante recordando que tenia que moverme lentamente, el dolor en la cabeza ya no era tan fuerte. 

Aun estaba usando los shorts y la camisa grande -y debajo mi traje de baño- busque entre los cajones ropa mas comoda, encontre unas mayas de licra y una camiseta, tome mi ropa interior y me cambie. Seguramente mi cabello era un desastre me dirigi al tocador y me paralice al ver letras escritas en el espejo con un lapiz labial rojo carmesi, todo el mensaje en letras mayusculas. 

NO TE LO VOLVERE A ADVERTIR, ALEJATE DE MARCOS O PAGARAS LAS CONSECUENCIAS. 

Mi corazon se encogio, ¿Que? ¿Quien hizo esto? Mi mente trabaja a todo por segundo tratando de analizar lo que acababa de leer.El mensaje no era solo un mensaje, era una promesa. Rapido trate de buscar una explicacion, se me ocurrio que tal vez era una broma de alguno de los chicos, los gemelos tal vez. No supe cuanto tiempo estuve ahi parada frente al espejo, leyendo mil veces el recado. 

Pero algo en el fondo de mi corazon me decia que no se trataba de ninguna broma. 

La CabañaWhere stories live. Discover now