0.1

2.8K 146 9
                                    


Steven Rogers:

   Ha sido inapelable, una necesidad en la que un deseo existente de rehuir con celeridad no es aceptado, no es una opción selectiva en el instante. El caos perdura en cada lapso compartido, en cada pensamiento usurpando, turbando mi desconcertada mente en el transcurso imparable de la espléndida penumbra consumiendo, enteramente, cualquier recóndito lugar conocido de mi habitación, cada caricia inexperta e inesperada que me es propinada con una suavidad inimitable, sutil frente a los ojos expectantes, ajenos completamente a ambos. Mirífica es la travesía hacia mi perdición perpetua, guiado por la impregnada, laudable línea curva en sus labios, una sonrisa amable que esconde en la profundidad del acto un ápice ladino que es expuesto a través de sombras de lo desconocido.

   Mantengo, aún tras tales hechos mencionados previamente, un pánico inenarrable a los efectos consecuentes de sus fulgentes cerúleos en mí, en un análisis continuo sobre mi faz cambiante y el resto de la anatomía propia, un vistazo grato, colmado de las ideas no exteriorizadas que aguardan apaciblemente entre sus memorias para manifestarse exitosamente en el momento oportuno, ante la persona correcta. Y, si me es permitido decirlo, ¿por qué habría yo de plasmar mediante la caligrafía observada grandes mentiras?, ¡solamente nosotros conocemos la verdad tras el misterio!, ¿no es así?, sabemos con plena exactitud lo que a bramidos sordos nuestras miradas exclaman, la extasía por la que imploran sin agobio alguno, la danza y el intercambio de placenteros movimientos en un acto natural, codiciado el calor que mana de la entera cercanía del otro, esperando por el tacto entre ósculos duraderos y deleitables.

Me limitaré, para mi suerte y su infortunio, a no declarar más que lo ya dicho, a retener las palabras en mi interior momentáneamente en un intento de impedir un cansancio, un asombro nocivo por su parte. Quizá, sin importar lo vivido y sentido, aún hay tiempo para detenerse, marcharse lejos del camino recorrido hasta la ocasión. Y, sinceramente, Capitán, perder nuestro vínculo no es un deseo que se conserva internamente.

TS.

Epistula ↠ StonyWhere stories live. Discover now