Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}

Capítulo siete.

-Louis, no sé si debemos…

-Vamos, Diane, tú quieres y yo también –sus labios rozaron los míos.- Por favor… -susurró suplicante.

Dudé por un instante si aceptar o negarme a su propuesta.

¿A qué esperas, Diane? ¡Di que sí, por lo que más quieras!

 

A la mierda todo.

 

Lo besé con énfasis. Si no tuviera el cinturón de seguridad todavía puesto, estaría sobre él.

-¿Eso es un sí? –preguntó juguetón. Asentí con la cabeza mientras sonreía tímida-. Entremos en tu casa entonces.

Salimos del coche. Rebusqué en mi bolso para coger las llaves de casa y fue entonces cuando me acordé de algo.

-Louis, acabo de acordarme de que no estamos solos… -frunció el ceño.- Mi amiga, Samantha, está en casa. Vivimos juntas –expliqué.

-Eso no es ningún problema, preciosa.

-Pero, dijiste que no querías que nadie se enterara de que…

-Tranquila, ella no se enterará de que he estado aquí –sonrió y me besó. Parecía muy seguro de lo que decía.

Abrí la puerta de casa y entramos sin hacer ruido.

Le indiqué dónde era mi habitación y entró. Mientras tanto, yo fui hasta la habitación de Sam para asegurarme de que estaba dormida. Abrí su puerta con sumo cuidado y pude ver como Sam dormía plácidamente. Cerré la puerta de nuevo y caminé hasta mi cuarto. Hola de nuevo, nervios.

Pasé dentro de mi habitación y cerré la puerta con el seguro, por si acaso.

Louis estaba de espaldas a la puerta, observando algo que estaba en mi escritorio. Me quedé atontada mirándolo. La americana negra que tenía puesta hacía ver su espalda más firme, los pantalones oscuros realzaban sus piernas y, como no, su trasero.

Carraspeé para hacerme notar y se dio la vuelta con una sonrisa en los labios.

-¿Qué estabas viendo? –pregunté curiosa mientras se acercaba lentamente a mí.

-Los dibujos que tienes sobre tu escritorio. Eres buena dibujando.

-Gracias –la voz empezaba a fallarme.

Sujetó mi cintura y me pegó a él. Sus ojos brillaban de manera especial y perversa.

Se inclinó hacia delante y me besó. Noté como sus dedos acariciaban mi espalda en busca de la cremallera del vestido. La bajó un poco y separó sus labios de los míos.