Capítulo 41

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Las palabras no salían de mi boca siendo que tenía tantas ganas de hablar. Estaba tan desconcertada de tenerla frente a mis ojos cuando siempre me había imaginado cómo sería, con la idea de que jamás la podría ver. Todo esto parecía como un maravilloso sueño, que me costaba asimilar desde el hecho que ya no sentía rencor y odio, hasta el gran parecido que tenía con ella.

-No sabes lo arrepentida que estoy de haberte abandonado, pequeña -susurró acariciando mi rostro y mi cabello-. Lo siento tanto por eso, como no tienes idea.

-Yo...yo tengo tantas preguntas que -me ahogué en mis propias palabras, se me hacía tan difícil hablar en esta situación.

-Y las responderé todas -apretó dulcemente mis manos contra las suyas.

A mi lado escuché a Donghae carraspear, tomando la atención de las dos.

-Gabrielle, nosotros vinimos por algo en particular -dijo con seriedad-. Es muy importante.

-¿Qué es? -preguntó mirándome atenta y con los ojos muy abiertos.

De inmediato sentí un nudo en el pecho. Vine aquí a pedirle algo, sin pasarme por la cabeza que reaccionaría de esta manera al verla.

-Queremos que le den su apellido a __________ -Donghae se acercó a mi protectoramente, pasando su brazo por detrás de mi cintura.

La mirada de ella se posó en el brazo de Donghae, levantó el rostro pudiendo notar que estaba algo confundida.

-¿Eres el novio de mi hija?

Donghae me miró por unos pocos segundos reconfortante, me asintió y volvió a mirar hacia el frente.

-Creo que debemos hablar de muchas cosas -sugirió.

-¿Quienes son ellos, mamá? -dijo la pequeña jalando suavemente el suéter de la que también era mi madre.

No pude evitar sentir un escalofrío desde la punta de mis pies descender hasta la raíz de mis cabellos.

-Debemos hablar -dijo ella con una sonrisa cálida.

Pasamos a sentarnos a los sofás de cuero que habían en su gran sala. Viendo que al rededor habían demasiadas fotos de Gabrielle, Chloe y mi padre, Mason.

-¿Dónde está... -no terminé mi pregunta y ella ya estaba asintiendo entiendo muy bien lo que estaba a punto de preguntar.

-En unos pocos minutos llegará -asintió-. ¿Quieres que lo esperemos?

Miré a Donghae quien estaba muy concentrado viendo los cuadros familiares. Por una parte sentía pena por no estar en ninguna de ellas pero, si hubiera sido así, creo que jamás habría conocido a Donghae.

-Sí -hablé aún mirándolo-. Quiero que estemos todos -miré a Chloe, era tan hermosa, tenía un ligero parecido a nosotras pero estaba segura que más se parecía a papá-. ¿Cuántos años tiene?

-Este mes cumple los ocho.

-Yo cumplo los dieciocho -sonreí con timidez.

-Lo sé -susurró y luego agachó su mirada.

Sabía que estaba a punto de llorar por el brillo que se había formado en sus ojos. Era tan extraño estar frente a ella después de tantos años, pensando en que quizás ellos no estaban y que nunca los iba a ver en mi vida. Pero llego aquí y me encuentro con la sorpresa de que hasta tengo una hermanita.

-¿Quieren algo de tomar o comer...?

-No, gracias -contestó Donghae-. Comimos hace poco.

En cuanto terminó de hablar el ruido de una puerta cerrarse llegó a mis oídos, contuve la respiración estando segura que se trataba de él.

Atracción prohibida - Donghae y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora