3.

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Kageyama vivía a dos calles de la mía y a veces nos encontrábamos en la mañana, Leo iba al jardín de infantes que quedaba cerca de la floristería, pero esa mañana no nos encontramos, el me estaba esperando, el único alegre era el pequeño Leo.

-¿Ahora me explicaras que fue lo de ayer?...-le dije algo molesto

-Estaba en la esquina cuando note que Tsukishima había entrado a la tienda, vi tu cara de pánico y sabía que tenía que hacer algo

-Pero no tenias que mentir diciendo que Leo era mi hijo, ¿Qué dirá Shoyo?

-Y ¿Qué más podía hacer?, dejar que ese idiota vuelva hacer lo mismo... no lo creo, además él no esta aquí, no lo menciones de nuevo-desvió su mirada

-Vamos eso paso hace cuatro años, nada es lo mismo-suspire

-Me vale lo que digas...mientras yo no vea lo contrario tu fingirás que Leo es tu hijo y punto

-¿No crees que es injusto para Leo?, lo confundirás...-acaricié el cabello del pequeño

-Tiene un año y medio...le dice mamá a todo el mundo...incluso a mi, no te preocupes por el...

No me quedaba de otra, no quería que Kageyama se enojara, es molesto. Cuando llegue a la tienda el estaba esperando, le di el recorrido por el lugar y el enseñe todo lo que fuera a necesitar, el solo me seguía en silencio. Pensé que todo se volvería problemático, pero la verdad es que Tsukishima estaba bastante tranquilo, sin sarcasmos, estaba sorprendido, no era para nada como lo recordaba...todos pueden cambiar en cuatro años...supongo.

-Bien bien...termine por aquí- me acerque hasta el mesón donde estaba Tsukishima-¿A qué hora vendrá el camión?

-En media hora-tecleo un par de segundos y suspiró-dime... ¿Qué hiciste todo estos años?

-No tengo que contarte mi vida personal-me aleje-...recuerda que tienes que hacer el encargo de las semillas de *Amapola

Era demasiado incómodo, todavía no me acostumbraba, no podía hacer nada...a menos que lo despidiera...pero eso no sería muy maduro de mi parte, estoy seguro que esto es una prueba, la cual tengo que pasar a toda costa.

El día sábado era mi descanso, por fin podía tener uno ahora que había más ayuda, Oba-san me invito a su casa, no podía negarme, dijo que había preparado una sorpresa. Ella es como una especie de madre sustituta y le tengo mucho cariño, si no estuviera todo se habría derrumbado hace mucho, ya que hubo un tiempo que la tienda no anduvo bien y la única solución era cerrarla, pero con su ayuda pude salir adelante...ojala de verdad fuera mi madre.

Oba-san era justa, decente, amorosa y estricta...era demasiado amable conmigo y siempre he pensado que de cierta manera la estoy engañando, cree que soy una buena persona, pura y decente...pero las cosas no son así...y temo que el día que descubra la verdad me odie...bueno, no sería la primera persona que lo haga.

-¿Hay algo que te preocupe Tada-chan?-me observó

-No...no, nada... ¿Por qué lo dice?

-No puedes engañar a una vieja como yo, jovencito...puedes contarme...confía en tu abuela

-¿Mi abuela?-sonreí-... ¿Me seguiría queriendo si descubre que no soy lo que piensa?

-Eso depende... ¿Has matado a alguien?-levantó una ceja

-No...Oba-san... ¿Te acuerdas que te conté que me había enamorado hace un tiempo atrás?-asintió con la cabeza-...bueno...esa persona ha regresado y está trabajando conmigo

-¿Contigo?...pero si es un chico-estaba confundida

-Me enamore de un hombre oba-san...disculpa por el engaño, pero no quería que me dieras la espalda como los demás

-ya veo...-suspiro-¿Y qué paso?...que fue lo que te hizo ese hombre malo, Tada-chan

-En ese tiempo...

En ese tiempo éramos amigos, siempre lo fuimos... el increíble Tsukishima Kei quien me salvó de algunos matones, lo admiraba demasiado, era bueno en todas las cosas y me sentía muy entusiasmado porque fuéramos amigos, aunque para él yo solo era un mosquito que lo rondaba. Fui muy feliz cuando quede en la misma secundaria, había estudiado tanto para lograr entrar, y nos unimos al club de voleibol, allí conocí a Shoyo y Kageyama, quienes solo se metían en problemas con Tsukki...bueno así era como yo lo llamaba en ese entonces.

De a poco mis sentimientos de admiración se fueron convirtiendo en otra cosa...estar a su lado se me hacia tan difícil, mi cuerpo colapsaba. Después de un tiempo descubrí que ese sentimiento era amor...amor es una palabra muy grande, Tsukishima me gustaba, mi mente se volvió un caos por estar enamorado de mi amigo y un hombre...no quería creerlo.

Un día encontramos el capitán y a Sugawara-san (un miembro del equipo) besándose en el almacén del gimnasio...mi corazón latió fuertemente al descubrir que no era el único. Tiempo después de ese incidente Tsukishima me preguntó que se sentiría tener relaciones con un hombre, en ese entonces me arme de valor y le dije que si sentía curiosidad lo podía intentar conmigo...pero en verdad me aterraba la idea que se lo pidiera a otra persona.

Era completamente feliz...estaba seguro que quizás el podría haber sentido algo por mi...ya era normal que nuestros cuerpos se unieran de esa manera, fue casi la mitad del año que fuimos amigos sexuales...así que un día me arme de valor y me declare.

La idea más tonta en mi desgraciada vida, la palabra "Asqueroso" y la cara de Tsukishima, todavía no he podido olvidar, una mezcla de pánico e ira, me dijo que era algo asqueroso que dos hombre tuvieran una relación de novios...que lo que sucedió entre nosotros solo fue para satisfacer su deseo de experimentar, nunca había pensado en que me quería...y bueno otras miles de cosas que no quiero recordar...

Fue un golpe para mi, ese día le pedí a mis padres que me cambiaran de secundaria...lo único que hacía era llorar...los ojos llenos de furia de Tsukishima se impregnaron en mi memoria...fue la primera vez que me odie a mi mismo...

Fue en ese momento de mi vida que me di cuenta...que las palabras pueden ser realmente dolorosas.

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La flor que no se marchita (TsukkiYama)Where stories live. Discover now