20.Extra

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El marcado otoño en las hojas de los arboles significaba una cosa y Tsukishima lo sabía. Se despidió de la gente de la oficina y salió de su trabajo. Todavía le quedaba tiempo para ir a la tienda y comprar todo lo que debía. Todo lo que había anotado en su lista estaba tachado, entonces era el momento de ponerse en marcha.

Con su auto llego hasta una escuela primaria, lo estaciono a una cuadra y se bajo. Espero afuera hasta que la campana que indicaba el término de las clases sonó. Una chica de cabello castaño corrió con gran entusiasmo.

-¡Papaaaaaá!

Abrazo la cintura de Tsukishima con fuerzas, el solo sonrió y le acaricio la cabeza, la tomo de la mano y se dirigieron hasta el auto.

-¿Qué tal la escuela?

-Lo mismo...pero hay algo que quiero hablar con Mamá

-No le digas así...sabes que se enoja cuando lo llamas Mamá, Hana-volvió a sonreír

-Lo sé, lo sé...pero es complicado llamarlos a ambos Papás, solo le diré así cuando este con Papá Kei

-Bien... será nuestro secreto, entonces iremos al cementerio, para que puedas hablar tranquila

Tomaron un atajo para llegar antes que lo cerraran, compraron un pequeño ramo de flores, aunque Tsukishima estaba seguro que no le gustarían porque no eran de su querida floristería. Caminaron hasta llegar a una tumba, inundada con flores, hicieron una reverencia y ambos sonrieron. Hana se arrodillo y colocó las flores, sonrió y comenzó hablar...su rostro no mostraba tristeza...solo alegría. Tsukishima la observaba con melancolía, pero no había nada que hacer...ya había pasado dos años tenía que superarlo.

-¿Sabes qué día es hoy?-Tsukishima abrió la puerta del auto para que la pequeña subiera

-Jamás olvidaría algo así Papá...¿Podemos pasar a comprar más flores?

Llegaron hasta la única floristería que ellos amaban, al entrar fueron recibidos por Kageyama Tobio, Kageyama Shoyo, y Kageyama Leo. Hana y Leo eran muy cercanos ya que la diferencia de edad solo era de dos años.

-No pensé que vendrías hoy-sonrió Kageyama

-Hana quería comprar flores, a pesar de que fuimos al cementerio y compramos allí...eso no será de su agrado

-He estado pensando...Hana-chan es muy bonita, ¿Quizás nos volvamos familia?-sonrió Hinata

-¿Kageyama Hana?...eso no pasara-Tsukishima se molestó-...aunque leo no es un mal chico, pero no lo permitiré

-No digas esas cosas Shoyo, todavía son muy jóvenes-sonrió Kageyama- toma aquí están las mismas de siempre

Un pequeño ramo de unas lindas flores azules, Hana parecía feliz...se despidieron y regresaron a casa. La pequeña corrió hasta un pequeño altar que estaba en la esquina de la casa y deposito aquellas flores en un pequeño florero, también encendió un incienso y sonrió.

Se colocó un delantal de cocina y ayudo a Tsukishima a preparar la cena, a veces el rubio se sorprendía de lo grandiosa que era Hana, tenía muchos aspectos que le recordaban a Yamaguchi Tadashi.

-¿Cómo te enamoraste de Mamá?-sus ojos eran tan brillantes

-Eso...bueno, el siempre estuvo allí para mi, soportándome y sonriendo sin importar lo mal que lo tratara, además era muy tímido...y me gustaba mucho verlo colorado hasta las orejas

-Eso es muy cruel-Hana reprocho

-Eso mismo me decía él-sonrió

La cena estaba lista, todo un banquete para celebrar una fecha importante, ambos estaban emocionados. Antes de irse a la escuela Hana, preparo un pastel...(con la ayuda de su Padre), le encantaban las cosas dulces y comer pastel como postre, era su felicidad. Solo faltaba decorarlo...

La flor que no se marchita (TsukkiYama)Where stories live. Discover now