t r e s

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Jace frunció el ceño al ver a Alec entrar a la sala de entrenamiento junto a una chica.
No era tanto por la expresión seria del pelinegro hacia la chica, sino por el hecho de que Alec viniera junto a una chica. Una que no fuera su hermana.

— ¿Y quién es esta? — preguntó curioso el rubio.

Rachel rodó los ojos. No podía ser cierto que ni se hubiese enterado de su presencia antes.
¿Qué clase de shadowhunters son estos?

— Es...— Clary se mordió el labio y miró en dirección a la rubia. Se acababa de percatar de que no sabía su nombre.

La chica Fray comenzaba a confiar demasiado rápido en la gente.

— Rachel Wether. — se presentó la rubia por si sola. — Vengo a ayudaros.

Jace se curzó de brazos, había algo en su mirada que le daba malas vibraciones.

Aunque también podía ser por el hecho de que ya no era el único rubio en el grupo.

— ¿Ayudarnos? Creo que nos valemos por nosotros mismos. — Jace casi le escupió en la cara a la rubia al acercarse a ella.

Alec sonrió por el comentario de Jace, aunque Rachel no pudo notarlo.

— ¿Y qué habéis conseguido por vosotros mismos? ¿Qué todo el mundo de las sombras conozca sobre ella? — cambió su mirada para calvarla sobre la pelirroja. — Si, Clary. Creo que deberías darles las gracias. Seguro que os ha costado mucho trabajo conseguirlo. — dijo Rachel sarcástica.

Jace ya estaba seguro de que la chica no le gustaba. — ¿Y cómo ayudarías tú? ¿Encerrandola en una torre?

Rachel frunció el ceño por un intante. Me juego lo que sea a que su princesa favorita es Rapunzel.

Tras ver como Jace se relajaba, Rachel no dudó y giró sobre si misma para levantar la pierna y pegar una patada en el pecho del rubio.
Este cayó al suelo llevandose consigo a la pelirroja, que se encontraba detrás de él.

La rubia no pudo reprimir la sonrisa. Llevaba mucho tiempo queriendo dar una paliza a un shadowhunter. Malditos cazadores arrogantes.

— Bien, lo mejor será que comencemos a entrenar. — habló la rubia mientras Jace ayudaba a Clary a ponerse de pie. — ¿Sigues sin querer mi ayuda? — levantó una ceja clavando su mirada en el rubio.

Este solo bufó y dió media vuelta para agarrar un cuchillo serafín.

Clary miraba la escena confusa. Había oido definirse a la rubia como una shadowhunters a la que no le daban misiones importantes. Pero, ¿cómo no lo hacían si tenía una capacidad así en el campo de lucha?

— Preparate. Vamos a pelear en serio. — el rubió lanzó flojo el cuchillo para que Rachel lo cogiera.

No lo hizo. Lo esquivó al llegar a donde estaba ella. No podía agarrarlo, ni tampoco dejar que tocara su cuerpo.

Giró el cuello para ver como el cuchillo ya no estaba. Solo el mangó en el suelo, necesita sangre de angel para ser usado.
Todos la miraban esperando a que hiciese algo, Rachel tan solo se encogió de hombros y fijó su mirada en el ojiazul.

Un cuchillo serafín no iba a destrozar todo su plan.

— ¿Alec, verdad? — el pelinegro ni se limito a asentir. — Supongo que eso es un si. Prefiero luchar contra ti.

En ese momento Rachel supo que eso no era lo que tenía que haber dicho. Sin embargo, era la única forma de escapar de la mirada matadora de Jace.
Al parecer he tocado su orgullo.

Demon | Alec Lightwood |Where stories live. Discover now