v e i n t i u n o

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Alec mantuvo un paso de distancia entre esa rubia que no era su Rachel y él.

— ¿Alec estas bien? — cambió su mirada hacia la que acababa de aparecer en la sala. Su hermana. — Te veo un poco pálido.

— Izzy. — soltó un suspiro. Si su hermana estaba aquí podía explicarselo todo. El por qué estaba en una sala en la que no estaba hace unos segundos y con una rubia que no era la misma de hace unos segundos. — ¿Dónde esta Rachel?

— Llevamos preguntandonos eso durante tres días. Creemos que se la han llevado junto a Meliorn. — dijo la pelinegra con el ceño fruncido. — ¿No te acuerdas? — Alec negó con la cabeza, ¿quién era Meliorn? ¿y quién se había llevado a Rachel? — Fuiste tú el que diste la idea de lo que había pasado.

Alec se quedó sin respiración. Por lo que había dicho su hermana y por darse cuenta de cómo iba su hermana.

— ¡Te has hecho tatuajes! — gritó alterado.

Izzy frunció el ceño. ¿Qué coño le pasaba a su hermano? — ¿Alec estás bien?
Se acerco a su hermano y posó una mano sobre su frente. Pero nada. Todo estaba normal en su cuerpo. Aunque su cabeza no.

Alec se apartó bruscamente. — ¡Claro que estoy bien! ¿Por que actúas así? Debería ser yo el que es así, apareces así y me hablas tranquilamente como si yo tuviera un problema mental.— Alec respiraba agitadamente. Solía ponerse nerviosos cuando empezaba a pelearse con alguien. Nunca había llegado a pelearse con las manos. Siempre había sido el chico con el que se metía la gente.

















— Tenemos que ir al Instituto.— Rachel asintió para sí misma. Ya podía ver el plan en su cabeza.— Se donde está todo. Tengo que ir contigo o alguien, necesito que me cubran la espalda. No creo que valla a ser bienvenida. ¿Me entiendes?

Pero cuando miró a Dante él no estaba atendiéndola.— ¿Dante? — él no la contestó. Tenía la mirada fija en el suelo y sus manos temblaban. La subida de arriba a abajo pasándoselas por la nuca.— ¿Me está escuchando? ¡Dante, joder! ¿Qué coño te pasa?

— Todo va mal.— dijo el castaño por fin alzando la mirada para clavarla sobre la rubia.

— ¿De qué hablas Dante?—preguntó Rachel preocupada.

— Meliorn.

— ¿Qué pasa con él?

— Se escapó. — Rachel alzó una ceja como signo de pregunta. — No me mires asi. Eso significa que no puedo ir al instituto. Y tu menos. Te vio en plena transformación. — gruñó Dante apoyando las manos sobre la cabeza.

— Bien pues en cuanto nos vea nos lo cargamos y si ya se lo ha contado a alguien nos cargamos a quien lo sepa. — contestó la rubia encogiendose de hombros.

Aunque sabría que ella no lo haría. No iba a matar a Jace o a Isabelle o Clary. Y mucho menos a Alec.

Rachel sintió las manos sudorosas de Dante en sus hombros. Realmente estaba nervioso, le temblaba todo el cuerpo y era incapaz de mantener la mirada a la rubia. Algo que solía hacer por diversion.— No es solo eso. La he cagado hasta el fondo.

— Dante no te pongas asi. No es tu culpa que se halla escapado, nos podría haber pasado a cualquiera. — le sonrió la chica Wether dandole ánimos.

— Cuando te cogí tú seguias agarrada al chico Lightwood. — dijo el castaño ignorando lo que Rachel dijo. — Teníamos que salir. No quedaba tiempo y...

— Ve al grano, Dante.

— Me lo llevé a él también. — contestó hablando rapidamente.

La rubia abrió sus ojos. Ahora si estaba nerviosa, más bien estaba preocupada. Alec el chico bueno estaba en la dimensión de shadowhunter. Las cosas no podían ir peor. — Ahora si que vamos a ir al Instituto. Si o si. — habló Rachel firme.

— ¿Qué? — preguntó sorprendido el castaño. El prefería dejarlo estar y quitarse el problema de encima.

— No voy a dejar a Alec solo ante todo este mundo. Debe de estar asustado y seguramente no entienda nada de lo que pasa. — a cada palabra que Rachel decía sonaba con más fuerza y Dante seguía sorprendiendose. ¿Le había llamado Alec? ¿Cón ese tono preocupado?

¿Ahora le tuteas? — respondió el castaño a la defensiva.

Si, estaba celoso. No la clase de celos que sientes cuando te gusta una chica. Sino la clase de celos en la que te das cuenta de que deja de preocuparse solo por ti.
Si, Rachel se preocupaba por el grupo pero como grupo. En cuanto a lo individual solo estaba Dante. Y desde que London no estaba siempre había sido él solo.
Ahora ese Lightwood se la quitaba.

La va a destrozar, como lo hizo London. Como lo hacen todos los shadowhunters, pensó Dante.

— Si quieres venir vente. Sino quedate esperando y lidera al grupo. Porque tenías razón. No soy capaz de matar a cualquier shadowhunter. No a todos ellos. — se despidió Rachel para salir corriendo del local. No podía perder tiempo.

Puede que no solo fuera por si Alec estuviese asustado. Puede que fuese también por si estaba con Lydia.

Demon | Alec Lightwood |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora