Octavo Escalón

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Corrí por unos diez minutos, sin rumbo, sin saber donde ir. Cuando salí de su apartamento olvidé todo lo que llevaba conmigo y entre todas ellas, mis llaves, ¿cómo entraría ahora en casa?, no había nadie en ella, no hasta la noche. Volver no era una de las opciones que tenía, así que al llegar al primer parque, me senté en uno de los bancos y traté de recuperar el aliento, no es que corriera mucho en mi sedentaria vida.

Sequé el sudor de mi frente con la mano, secando ésta en mis ropas. Cuando controlé mi respiración volvieron a mí todas las imágenes de la escena que había protagonizado en la cocina. ¿Cómo cojones llegamos a eso?, ¿por qué me dejé llevar? Me dejé besar, lamer y tocar. Y con un hombre. ¿Esto significa que me gustan los hombres? No espera, no puedo sacar conclusiones ahora mismo, no estoy en mis cabales.

Pasé un par de dedos por mis labios, recordando el contacto con los suyos, lo gentiles que habían sido y como los había tocado con rudeza después. Un mano en mi pecho provocó un escalofrío, pero no por mi tacto sino por recordar el suyo.

¿Qué me pasa?

Estoy mal.

Está mal.

¿Está mal?

¿Por qué está mal?

¿Por qué es un chico?

¿O por qué me gustó?

Me gustó...

No me gustó.

No...

Alboroté mi pelo como si fuera un loco, escuchando algunos cuchicheos de personas que cruzaban por el parque y me miraban. Poco me importaba ahora lo que pensaran las personas de mí, es decir, nada.

Al otro extremo del parque vi a mis dos vecinos de al lado. Estaban sentados en un banco como el mío. Charlando tranquilamente y de vez en cuando el más alto acariciaba su mejilla y le sonreía, como un par de enamorados; lo que eran.

Por un momento pensé: ¿Y si ellos pueden ayudarme a resolver el nudo que hay en mi cabeza? Sería raro acercarme y preguntarles: "Oye mira, es que me he besado con un chico, ¿eso me convierte en gay?"

No, no era una buena idea, además no tenía la suficiente confianza. Sería muy descarado de mi parte.

Levanté mi cuerpo con desgana caminando en dirección al exterior del parque, pero al pasar cerca de la pareja, me llamaron, o más bien, me llamó el castaño. Confuso y tímido me posicioné frente a ellos, esperando por sus palabras.

— Buenas tardes, JungKook —me saludó muy educadamente el castaño—. Somos tus vecinos, no sé si lo sabes.

— Ahm, sí.

— Es raro verte por la calle, no sales mucho, ¿verdad? —negué con mi cabeza— Me llamo Jin.

Le hice una reverencia— Encantado.

— Yo soy NamJoon —dijo el rubio a su lado y nuevamente hice otra reverencia.

¿Debería atreverme y preguntarles? Ya que habían decidido presentarse, quizás no sería tan descortés ahora.

— ¿S-sois parejas?

— Así es —sonrió ampliamente el castaño.

— ¿P-puedo haceros una p-pregunta?

— Dispara —chasqueó su lengua el rubio a la vez que imitaba una pistola con su mano.

— ¿Be-besar a un chic-co te hace s-ser gay? —bajé mi rostro avergonzado.

Sólo Vecinos [JiKook]Where stories live. Discover now