Capítulo 2

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Bostecé pasándome la mano por el pelo y arrastrando mi maleta una vez estuve frente a mi casa, ya estaba pasando la una de la madrugada y como era de esperarse no solo la casa, sino que la calle estaba en total silencio. Me frote los ojos entrando a la casa intentando hacer el más mínimo ruido hasta llegar a mi habitación donde deje mi maleta para ir a ver a Lexter, mi hermano menor.

Su habitación estaba frente a la mia por lo que no tuve que andar mucho para llegar, abrí la puerta con cuidado para asegurarme de que estuviera dormido, lo observé por un momento durmiendo y me pregunte si nuestra madre hubiera vivido hasta ahora, se preocuparía de esa manera por nosotros.

―¿Aris? ―di un respingo en cuanto escuché a Lexter llamarme.

Lexter encendió la luz antes de que cerrara la puerta y me miro medio dormido.

―Regresaste, pensé que te habían matado.

―Ay, no tiene idea ―comento entrando a la habitación ¿Cuánto había pasado desde que no lo veía? ¿Uno o quizás dos meses?―. ¿En qué mes estamos?

―Julio, en una semana es mi graduación.

―Vaya, entonces estaré de vuelta en una semana.

―¿Te vas de nuevo? ―asiento―. Pero nunca tienes trabajo en estas fechas ―menciona e intento no preocuparlo.

Era cierto que, en estas fechas, cerca de graduaciones y vacaciones, nunca tenia trabajo o mas bien, no lo aceptaba, pero esta ocasión era diferente y no podía tomarme la libertad de quedarme.

―Estaré en una semana aquí, no te preocupes.

―¿Qué te pasó en la cara? ―intente no hacer ningún gesto, ya había tardado en darse cuenta.

Mi hermano se había vuelto una especia de padre sobre protector, ya que, al no contar con un padre amoroso, nos las teníamos que arreglar de una manera entre nosotros.

Nuestra madre había muerto cuando Lexter tenia apenas seis años, despues de casarse con un hombre que nos odiaba y en cuanto murió mamá, el hombre nos empezó a golpear cuando estábamos solo, nunca nos golpeaba juntos, no tenia las agallas para pegarles a dos niños que no podían defenderse. Años despues no corrió de casa cuando quiso abusar de mi y mi hermano lo golpeo, y desde entonces no las hemos arreglado, bastante bien debo decir. Tenemos una linda casa, comodidades y suficiente dinero para vivir el resto de nuestras vidas.

―Solo es un golpe, cálmate ¿sí?

―Siempre tienes que llegar con un nuevo golpe ―se queja levantándose y tomando mi hombro haciendo que duela y me percate de la herida, tal vez había sido en mi huida de los hombres con traje―. ¿Ves lo que te digo? Siempre tienes que llegar con alguna herida. Ahora espera y siéntate.

Suspiro con resignación y me siento en su cama mientras el busca el botiquín. Hace unos años Lexter había decidido estudiar medicina ya que yo siempre regresaba con heridas unas veces mas grabes que otras, pero al fin y al cabo heridas.

―Déjame tratar tu espalda ―dice una vez entra de nuevo a la habitación y se sienta detrás de mí.

Me quito la camiseta dejándola a un lado y lo escucho soltar un gran suspiro, seguramente por las vendas sujetando mi pecho.

―¿Cuándo dejaras de vestirte de hombre?

―Sabes que es mi trabajo.

―¿Por qué no simplemente te disfrazas de mujer?

―Me gusta el look de chico malo ―comento y el suspira de nuevo.

―Sabes bien a que me refiero Aris.

LirioWhere stories live. Discover now