Capítulo 33|Hechizo congelador.

13.9K 1.2K 90
                                    

Abrí los ojos lentamente.

Esta noche había estado muy pesada. No pude dormir, la preocupación e inquietud no me dejaron. El miedo de ser encontrados por los espectros de DarkBan era muy fuerte. Bueno realmente había dormido solo un rato, ¡pero internamente fue cansado!

Me senté en el colchón en el que me había acostado el día anterior. Estaba roto, ni siquiera parecía que estaba acostada en el, casi parecía que estaba en el suelo.

Un segundo...

Yo no me había cobijado. No me había tapado con cobijas, o no que yo recordase.

—Para ser un reino de fuego las noches son heladas —Blake apareció en mi campo de visión con dos latas—. Fue buena idea no dormir toda la noche para hacer guardia, sino, no hubiera visto que temblabas.

—No... ¿dormiste? —ladeé la cabeza—. ¿Por qué hiciste eso?

—Porque sé que estabas preocupada por todo esto, no quería que te sintieras así —bostezó—. Encontré latas de verduras, con esto nos mantendremos al día.

Fruncí el ceño.

—Nada de "ponerse al día". Te dormirás toda la tarde y luego...

—Perderemos tiempo Keit —iba a reprochar por su interrupción pero él prosiguió hablando—. Dormiré cuando lleguemos a nuestro mundo. Mientras tanto comeré para mantenerme despierto. Si empiezo a dormirme dame una cachetada.

Rodé los ojos.

Tenía razón, si seguíamos más tiempo aquí enloqueceríamos. Yo principalmente, porque aunque no lo demostrase ver todo el reino así me devastaba.

También ya extrañaba a mi hermano y a todos allá.

Quitamos los muebles que obstruían la puerta. Blake sacó su cabeza asegurándose de que no había nadie. Con sus dedos me hizo una señal para que saliera, lo cual hice.

Ya estábamos equipados. Por suerte tenía demasiadas flechas y él portaba la espada de un guardia real, teníamos lo suficiente para pelear en caso de que fuese necesario.

Guardé el diario de Thea en mi mochila.

—¿Lo llevarás?

—Es un recordatorio —apreté los ojos—. Así recordaré que DarkBan tendrá su merecido.

Blake asintió y después salimos de aquella casa.

Todo seguía como llegamos: en mal estado. La mayor parte del reino estaba destruido y había más espectros rondando.

Espera un momento...

—Blake... ¿ellos estaban ahí cuando llegamos?

—¿Rondando como si estuviéramos aquí? Pues no.

—¿Los alertamos? —giré mi cabeza hacia esos espectros y me crucé de brazos. Estábamos siendo cautelosos.

—No creo, a menos que detecten magia.

Mi mirada estaba fija en ellos. Ahora que los miraba bien, podía notar esas grietas anaranjadas muy marcadas.

¿Por qué eran así? Los de nuestro mundo eran totalmente negros, pero estos tenían diferencias significativas.

Somos 4Where stories live. Discover now