Amor prohibido

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El joven se encontraba sentado en el borde de la cama, su cuerpo desnudo mostraba en sectores que usualmente se escondían de la vista pública una serie de marcas propias de una noche de pasión, su sonrisa radiante también era un testimonio de aquel encuentro clandestino.

Luego cuando sintió una mano acariciarle suavemente el final de la espalda, provocándole una sonrisa que no fue capaz de disimular.

—Buenos días, mi amor —susurró volteando a ver al hombre que apenas hace unos segundos había despertado.

—Buenos días, cariño —respondió él con esa voz que tanto lo enloquecía.

El rubio se recostó y se apegó contra el cuerpo de su amante, aspirando su aroma y sintiendo la calidez que su cuerpo irradiaba.

—¿Cómo has dormido? —preguntó el castaño mientras acariciaba el cabello de él con suavidad.

—¿Acaso he despertado? Me gusta creer que sigo en un sueño...porque estoy contigo —murmuró él sonriendo con dulzura.

—¿Cómo sabes que no es una pesadilla? —ironizó él mirándolo intensamente a los ojos.

—Bésame y entonces estaré seguro de que es un sueño maravilloso, como el de anoche —dijo con seguridad, un segundo después sus labios eran poseídos por los del castaño.

El contacto era suave, delicado y romántico, un contraste con los besos salvajes y apasionados que había recibido esa misma noche. Cuando se separaron su sonrisa era más grande y en su mirada se leía la felicidad absoluta.

—Te amo...no te imaginas cuanto —dijo acurrucándose contra su pecho con ternura, sintiéndose seguro entre sus brazos fuertes.

—Me lo imagino, porque yo te amo con la misma fuerza, Newt —aseguró él, deleitándose con el aroma de su piel, esa piel que tanto gozaba sentir.

Él levantó la vista de a poco, fijándose en cada pequeño detalle que sus ojos podrían haber pasado por alto alguna vez, acariciando con lentitud la piel de su pecho y cuello, hasta llegar a esos orbes color chocolate que lo observaban en silencio.

Entonces sonrió y él quedó prendado de la dulzura que reflejaban sus ojos, tan brillantes, tan inocentes, tan paradójicamente seductores. Simplemente se quedaron contemplando el rostro ajeno con detenimiento, queriendo grabar en sus memorias cada ínfimo detalle, casi como tomando una fotografía.

De repente el sonido de un celular apuñaló el cuarto, matando toda la magia que se había acumulado a su alrededor, Newt sólo resopló y se abrazó más al cuerpo masculino.

—No...no, haz que pare, no quiero que esto acabe, por favor...sólo un poco más —rogó casi con desesperación, pero el mayor suspiró sabiendo bien que su bello momento había acabado.

—Newt, me temo que tienes que irte, deben estar levantando sospechas —murmuró con pesar, separando con cuidado al chico de su cuerpo.

—No...no me interesa, sólo quiero estar contigo un poco más —pidió, pero él se levantó a pesar de su mirada y sus súplicas, y le entregó el celular que el simplemente cortó y silenció lanzándolo a un costado—. Odio tener que volver a esta rutina maldita, Tommy ¿por qué no podemos simplemente decir la verdad de lo nuestro? Estoy cansado de tener que escondernos —dijo él con rabia e impotencia, viendo como Thomas empezaba a vestirse con las prendas que se hallaban regadas por la habitación.

—Tú sabes bien porqué no podemos hacer eso, Newt —dijo él con cansancio, esta charla ya la habían tenido antes, y una parte muy grande de él no deseaba tenerla de nuevo.

—Lo sé —se quejó él acostándose una vez más y cubriendo su cabeza con las sabanas—. Pero me duele no poder tomarte de la mano en la calle, ni poder besarte de vez en cuando...todo porque eres un hombre -se lamentó, maldiciendo internamente al mundo por ser tan injusto.

—No olvides la diferencia de edad —agregó él con amargura, recogiendo la ropa de Newt y dejándola en una silla cercana

—No estás ayudando —bufó él con molestia, descubriendo su cabeza—. La diferencia no es tanta, son sólo 2 años...o 3, no recuerdo y no importa. —agregó tratando de convencerse de que lo que hacía no era tan malo.

—Cierto, pero quedarías mal si se supiera lo nuestro —dijo cruzándose de brazos y lanzando un suspiro.

—No importa y no me molesta mientras este contigo Tommy —respondió y se puso de pie yendo enseguida por su ropa y colocándosela con lentitud, tratando de aplazar lo más posible su marcha de aquella casa

Cuando empezó a colocarse la camisa Thomas se acercó, abrazándolo por la cintura y besando su cuello y hombros.

—¿Algún día el mundo nos dejará en paz? —preguntó él con esperanza.

—Si no, entonces huiremos a un lugar donde nadie nos encuentre —respondió él besando su piel con delicadeza.

Entonces él se volteó y unió sus labios en un beso profundo, que buscaba dejar dicho todo lo que las palabras no podían expresar con la suficiente rapidez.

Salieron de la casa y se fueron a sus respectivos autos, Newt subió y mandó un último beso a su amante, él le sonrió levemente y Newt empezó a conducir en dirección a su hogar. Una parte de él rubio todavía se sorprendía al pensar en este romance que estaba llevando, algo prohibido, malo a los ojos del mundo, pero tan dulce para los de él.

Thomas era un sujeto complicado y distante, pero Newt había aprendido a encontrar la luz en aquella mirada siempre fría y seria, le había enseñado lo que era amar y desear a un hombre, lo había cambiado...tanto como él al otro. El rubio siempre fue un hombre inseguro y tímido, hasta que conoció a Thomas, él lo hacía sentir seguro, cuando el castaño lo miraba sentía como si el miedo se dejase domar, estaba allí pero ya no lo asfixiaba.

Eso hacía el amor.

Una sonrisa se extendió por sus labios mientras conducía, al detenerse en un semáforo aprovechó para responder los mensajes de Minho.

"Perdona que no respondiera, me quedé dormido"

"Uf, que alivio, pensé que te había ocurrido algo...Thomas y los chicos pensamos ir a pasear en la tarde ¿te sumas?"

"Claro, deja que me arregle y voy"

Ojalá algún día pudiera decirle la verdad a sus amigos sobre su  relación con Thomas. En su mente se hizo presente la imagen de sus amigos, todos seres muy queridos para él, y no pudo evitar pensar en cómo reaccionarían cuando supieran la verdad sobre él y Thomas...esperaba que fuera una buena reacción.

Entonces su mente evocó a Thomas y supo con certeza una cosa...estaba dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo si al final del camino estaba una vida feliz junto a ese hombre...porque lo amaba y Thomas a él, no importaba más nada.

Y algún día podrían ir de la mano y orgullosos por la calle, quizás ese día no fuera hoy ni mañana, pero lo juraba por su nombre, ese día iba a llegar

One-Shots Newtmas/DylmasWhere stories live. Discover now