Capitulo 2 : ''El Reino de Cierlus''

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El Reino del Cierlus, nación que colaboró contra el atentado de Lucis. El cual ha estado siendo defendida con el poder del cristal, el cual Ryon engañó a idolas haciendole creer que no poseían de un cristal.

Una Princesa de 17 años se encontraba descansando en una de las habitaciones del castillo, su pelo largo y azulado, ondulado en las puntas, con un flequillo lateral de costado. Llevaba un vestido blanco con volantes blancos y celestes, y una cremallera en la parte interior.

Mientras que sus suaves cabellos se encontraban desparramados por toda la almohada, durmiendo hacia arriba, con su mano derecha sostenía un colgante de un pequeño diamante adornado con varias perlas pequeñas alrededor, mientras que con su mano izquierda abrazaba a su pequeño perro Akita Inu, un perro mediano pero de constitución fuerte, equilibrado y capaz de realizar la labor de un ejemplar. Es un poco más largo que alto, tiene el pecho ancho y profundo, y el lomo nivelado. Su pelaje se basa en cuatro colores: rojo, sésamo, atigrado y blanco puro.

De pronto este empezó a ladrar de una forma muy alarmante.

Aki ... ¿Qué sucede? - Cuestionó con su angelical voz mientras lentamente despabilaba abrió sus ojos dejando ver sus bellos iris Celestes-Grisáceos. Una vez sentada en la cama comenzó a acariciar su lomo, mientras que este no dejaba de mirar y ladrar hacia la ventana, tomó la punta de la cobija que la cubría corriéndola hacia la parte inferior de la cama saltó de la esta dirigiéndose hacia donde ladraba su perro, sus cabellos ondulados caían sobre sus hombros llegándole hasta un poco mas abajo de sus codos, se dirigió lentamente hacia la ventana la cual tenia las cortinas abiertas de cada lado permitiendo así alumbrar toda la habitación con brillante y bella luz de la luna, se sostuvo del barandal para observar que sucedía afuera.

La puerta de su habitación se abrió, haciéndola sobresaltar junto a su perro.

Áiniris, ¿Qué haces levantada? - Su hermana mayor, caminaba hacia donde se encontraba, largos y lacios cabellos azulados caían por detrás de su espalda, sus ojos grisáceos la miraban con curiosidad, su hermana pequeña podría llegar a ser muy curiosa-

Alessa, algo está sucediendo afuera, se escuchan gritos no entiendo la razon -Volvió su vista hacia el frente, sintió unas delicada mano en su hombro posicionándose al lado-

De un gran automóvil bajaba su padre, mientras que muchos soldados y ciudadanos, rodeaban el castillo

¡Se ha acabado! - Gritó el hijo mayor del gobernante de Cierlus, su alborotado cabello azul seguían el compás del viento, mientras caminaba hacia la puerta del castillo-

El imperio de Niflheim a acabado con el rey Regis Lucis Caelum CXIII, junto a su hijo. Ya hemos pagado nuestra deuda - Con un ronca y áspera voz, resitó aquellas palabras el rey, sorprendiendo a ambas príncesas-

No puede ser... - Llevó ambas manos a su cara, soltando lagrimas, Áiniris cayó desprevenida al suelo aferrando su mano a su pecho. Sintió una gran punzada en este, dolía, dolía demasiado, como si una espada le atravesaba el corazón, igual al que sintió cuando su madre, la reina Atélina Lísias Néferet Cierlus falleció de una enfermedad. Cuando solo esta tenia 6 años esa misma noche una de las cuatro perlas que llevaba en su colgante se tornó negra. Luego de eso su padre se transformo en una persona completamente protectora. -

¿Qué me está pasando?

Mas preguntas atormentaban a la princesa en esos momentos. Su hermana mayor, la tomó de su antebrazo y la contrajo hacia su pecho, empezó acariciar su cabello preocupada para que se calmara. Ryon se adentró al castillo. Alessa apartó a Áiniris de su pecho para luego tomarla de la mano y salir de la habitación. La mayor sostenía su piyama de seda violeta bajando las escaleras, seguida por Áiniris la cual aun tenia una mueca de dolor. Llegaron hacia la puerta del salón principal, Alessa la abrió, un gran candelabro de luces adornaban el techo, ventanas gigantes alumbrando la oscura noche en la que se encontraban, giraron su vista hacia 2 figuras-

— Padre... -Les dedico una mirada preocupante- ¿Es cierto lo que ha dicho hace unos momentos? —Su padre asistió acercándose a ambas princesas para abrazarlas de una forma protectora-

— No lo entiendo Padre. ¿Cual era la razón para matar al Rey Regis? - Furia era lo que desprendía de aquellos ojos grises-

Idolas es un codiciado por tener poder a cualquier modo. -Los ojos de Alessa se abrieron par en par- He cumplido mi deuda por habernos ayudado cuando tu madre se encontraba enferma. -Miró hacia abajo algo arrepentido, sentía culpa y miedo por sus hijos, los protegería costara lo que costara—

Por culpa de las guerras entre los otros reinos los cristales se han extinto uno por uno. Ahora el ultimo cristal que queda es el de nuestro reino. -Habló Áiniris. Ryon colocó sus manos en sus hombros, para luego abrazarla y acariciar sus cabellos-

Hay algo aun peor. -Interrumpió el mayor- En unos meses se hará el banquete, y Idolas estará presente. Por lo que pone en peligro al cristal y a nosotros. -Ryon asistió mientras soltaba lentamente a su hija menor para caminar hacia la gran ventana-

He decidido ya eso. —Sus 3 hijos lo miraron atentos— El cristal estará oculto en una sala pasando el laberinto del jardín. —De pronto la luz del candelabro empezó a titilar, las ventanas se abrieron haciendo volar bruscamente algunos cuadro de allí . Áiniris gritó aterrada por lo que Alessa y Lícios aparecieron velozmente frente a ella empuñando a gran velocidad una variedad de armas como espadas, lanzas, armas de fuego, entre otras, su padre hizo lo mismo ya que su hija menor aun no era experta invocando, rápidamente colocó un escudo sobre ellos. El viento paró de repente.

Esto si que fue raro. —Susurró Lícios mirando a su al rededor mientras hacia desaparecer sus invocaciones—.

¿Qué ha sido eso Padre? —Cuestionó Alessa calmándose copiando la acción de su hermano mayor—

No lo sé. —Afirmó haciendo desaparecer el escudo mirando hacia la oscura noche—.

Todos fueron a dormir luego de ese suceso. Áiniris sintió una extraña sensación mientras subia las escaleras, pero los gritos de Alessa diciendole que se apurara la sacaron de aquellos pensamientos.

A la mañana siguiente, Áiniris despertó lentamente por el sonido de los pájaros parados en el barandal de la ventana, embozó una sonrisa la cual termino al sentir un fuerte dolor en el pecho nuevamente, este era peor al que había sentido ayer se sentía mas fuerte cayó de la cama no podía siquiera pararse sentía que se moriría.

Entre tanto dolor logró escuchar.

¡La oscuridad! -Escuchó los gritos de los sirvientes que corrían por todo el castillo- ¡Se ha llevado a la Joven Alessa y al Joven Lícios—.

No... —Ante aquella noticia gimió desgarradamente mientras montones de lagrimas corrían por sus mejillas cayendo al suelo, por instinto tomó entre sus manos su colgante y lo arrancó de su cuello notando algo diferente en éste.

''De las 3 perlas que quedaban blancas... 2 se tornaron negras.''

El Reino de la luz. Final Fantasy XVWhere stories live. Discover now