Meses habían pasado desde lo ocurrido en el reino de Cierlus. Una joven de 18 años de largos cabellos azulados amarrados a una diadema de trenza, hecha con su mismo cabello, un vestido blanco con corset, decorado con dibujos de destellos azules. Sus llamativos ojos, tan celestes como el agua y tan violetas como la Ajisai, mas bien conocida como ''Flor del sol morado''. Los cuales miraban desde el balcón de su habitación. Sentada en este con su pierna derecha extendida por el borde del balcón, y la izquierda contraída hacia su pecho, su espalda chocaba contra la pared, se encontraba junto a su perro, el cual había crecido bastante. Cerró sus ojos lentamente mientras sentía como el viendo rozaba cada centímetro de su piel. Claro, sin cambiar su expresión seria de su rostro.
Todos en el castillo estaban sorprendidos, aquella joven temerosa y frágil se había convertido en una mujer, fuerte, segura, independiente luego de la perdida de sus hermanos. y mas que nada hermosa.
Ésta posó su mano izquierda en la cabeza de su por así decirlo, ''Amigo canino'' el cual se encontraba encantado escuchando la voz de su ama mientras cantaba una canción de cuna que Alessa cantaba cuando esta se encontraba hospitalizada luego del accidente que sufrió de pequeña.
— Hay un cuarto frio y vacio
hay una vista sin ventana
hay un yo sin ti
pero no donde yo pertenezco.
A través de las olas de la profundidad
y las tormentas del mar
te tengo a ti y tu a mi
no estamos muy lejos.
La puerta se abrió, la princesa dejo de cantar y ambos giraron su vista hacia la puerta, de ésta entró una anciana.
- Mi niña... tiene que prepararse para el baile. -Dicho esto 3 jóvenes más entraron a la habitación colocandose a un lado de la anciana sosteniendo entre sus manos joyas, zapatos y lociones.
La joven inclinó su cabeza hacia abajo cerrando sus ojos para luego soltar un suspiro y bajar lentamente del balcón, mientras que caminaba hacia su tocador con un gran espejo, se sentó en la silla sin respaldo, tomando el cepillo, pero dicha acción no pudo ser ya que una mano la interrumpió-.
- Niña, déjame hacerlo por ti -Tomó el cepillo de la mano de la joven- Tienes un cabello verdaderamente bello, lo sabes ¿Verdad? -Lentamente lo pasaba de arriba hacia abajo- ¿Sabes? -Colocó ambas manos en sus hombros para colocar su rostro sobre este, ambas mirando hacia el espejo.- Te has vuelto una mujer bastante hermosa. Cualquier joven se volvería loco al verte. -Áiniris se sonrojó. No tenía planeado enamorarse en estos momentos.-
- Señori-- Perdóneme, Áiniris, ¿Qué vestido le sienta mas para esta noche? - Preguntó una de las jóvenes que había entrado a la habitación, le mostró 2 clases de vestidos, uno de color zafiro con mangas de un tono mas claro, con un largo tul blanco que empezaba por los hombros, detrás de su espalda, con un corte en el costado de las piernas, y otro vestido negro, mangas también negras, y unas tiras negras que se entrelazaban en la espalda, siendo terminadas con un moño. Llegaba hasta los muslos, la parte inferior del vestido consistía en que al termino de los muslos caían pequeños grandes volados de color marrón.
- Tenia pensado usar este. -Giró de su asiento ya peinada, consistía en una cola de caballo, su ondulado cabello caía hasta su cintura siendo sostenido con su propio cabello y unas trenzas decorándola alrededor, su flequillo está a un costado de su rostro y varios mechones sueltos a cada lado de este-
- Pero... El segundo me parece muy confortable, ya que creo que el zafiro no quedaría nada bien con los colores de mi cabello. Pareceré un gema Topacio - Las jovenes junto a nana rieron ante este comentario. Caminó hacia el vestidor, seguida por las tres sirvientas se adentraron a ayudarla-
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El Reino de la luz. Final Fantasy XV
الخيال (فانتازيا)En la noche de la firma de un tratado de paz entre el reino de Lucis que eran sumamente conocidos, no solo por su cabello azabache si no por poseer el Cristal el cual era el último que quedaba, y el reino Cierlus; Los cuales no eran muy conocidos, y...
