Sombras en la negrura de su esencia

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*Visión de Pablo*

Aquella chica llamada Lucy, amiga de Chloe, se fue acercando a nosotros. Pude notar que no tenía el estado de ebriedad que tenía Chloe ni por asomo. He de admitir que Lucy era realmente guapa, atractiva y con cada paso que daba hacía girar las cabezas de todos los chicos del bar. Pero nada que ver con Mary, y mucho menos con Carol. Me sonrió cuando se encontraba a tan solo un par de pasos de mí y sin dudarlo me saludó con dos besos en ambas mejillas.

-Encantada, me llamo Lucy. –dijo enrollando uno de mis rizos entre sus dedos por tan solo un par de segundos. -¿Y tú?

-Pablo, encantado. –respondí con una sonrisa nerviosa.

Dave nos observaba con curiosidad a la vez que Chloe le hablaba a este, pero él no parecía prestarle demasiada atención a todo lo que la chica decía. Se trababa de vez en cuando al hablar debido al alcohol que había tomado y eso provocaba la sonrisa de Dave, haciendo que la chica se derritiera cuando lo hacía. La verdad es que a Dave no le hacía falta hacer mucho para que una muchacha cayera en sus redes. Me preguntaba si lo hacían por el morbo de ser quién era o porque realmente les gustaba. O tal vez por ambas.

-¿Qué hacéis dos chicas tan guapas en este mugriento bar plagado de tíos como nosotros? –preguntó Dave sonriendo.

-Hemos venido a ver a unos amigos nuestros que tocaban esta noche. –respondió Lucy recostando su brazo sobre mis hombros. -¿Me invitas a algo, Pablo?

-Emmm... -respondí confuso sin saber qué responder mientras miraba a Dave por un instante. Me hizo una especie de señal que yo no entendí muy bien. –Sí... Claro. ¿Qué te apetece?

-Empecemos por una cerveza. –respondió la chica sonriéndome.

Yo le devolví la sonrisa a la vez que me giraba hacia la barra en busca de Dan, el camarero. Miré hacia atrás y vi a Dave con Chloe cada vez más juntos y hablando más cerca uno del otro. Miré hacia el bolsillo trasero de su pantalón y vi asomando su cartera. Yo no tenía suficiente dinero para pagar todas las copas que necesitaba que Dave se tomase, por lo que necesitaba coger su cartera para pagar.

Me coloqué a su espalda disimuladamente mientras miraba a la barra y con todo el sigilo posible acerqué mi mano a su cartera. Me temblaba el pulso por lo que estaba haciendo y quizás hasta me arrepentía por hacer aquello más adelante, pero necesito saber todas aquellas cosas que Dave me oculta y las cuales solo las habla borracho. Las breves palabras que cruzaron Dave y Jeff antes y después de la pelea me habían dejado muy confuso. El mismo Jeff me dijo que Dave me había mentido, pero intentaba autoconvencerme que eso no era así.

Dave se movía a menudo sobre su asiento. Tenía un pie sobre las barras del taburete y el otro apoyado en el suelo manteniendo su antebrazo sobre la barra del bar. Sabía que como se diese cuenta tenía mínimo un puñetazo asegurado. Tragué saliva y en uno de sus movimientos sobre el taburete tiré de su cartera y me giré completamente hacia la barra. Miré por el rabillo del ojo y para mi suerte no se había dado cuenta. Mantuve unos segundos la cartera bajo mi chaqueta y cuando vi prudente la saqué un poco y abrí la parte de la billetera. Conté por encima y pude calcular que tendría unos 100$. Cogí el dinero metiéndolo en mi bolsillo y cerré la cartera. La guardé inmediatamente en el interior de mi chaqueta y mientras lo hacía una voz me sorprendió por detrás.

-¿Dónde está esa cerveza? –preguntó Lucy acercándose a mí más de lo que yo vi prudente.

-Joder, qué susto... -respondí por lo bajo. –Un momento, en seguida me la dan.

Ella asintió mientras sonreía y yo busqué de nuevo a Dan con la mirada. Al localizarlo le hice señas con la mano y él se acercó a mí apresuradamente mientras atendía otras cosas al mismo tiempo.

The Day That Never ComesWhere stories live. Discover now