17.

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¿Quién me manda a ser tan estúpida?

Me separe lentamente de Jesse, no sé qué hacer ni que decir.

Él tiene sus ojos cerrados con sus manos en mi cintura.

Respire profundamente.

—¿Qué fue lo qué hicimos?

Abrió sus ojos y su ceño de frunció.

—Besarnos.

Me reí irónicamente.

—¿De verdad? Pensé que estábamos dándonos respiración boca a boca. ¿Por qué lo hiciste, Jesse?

—Era eso o contar algún secreto y no me apetecía decir ninguno—se encogió de hombros.

—¿Y tu creías que yo quería besarte?

Estaba furiosa, ponerme así es lo que hace últimamente, molestarme por todo. Parece que no mide lo que hace y lo peor que no le importa nada.

Lastimarme es su pasatiempo favorito.

—Si hubiese sido así, no me hubieras seguido el beso ¿no?—rápidamente quise defenderme, pero Jesse colocó un dedo en mis labios callándome—Tu querías ese beso tanto como yo—suspiró mirando fijamente mi rostro—Olvídalo, me arrepiento de haberte besado.

Ya está Jesse sufre de bipolaridad 2.0

Sacudí la cabeza.

—Estas loco y no quiero ser parte de tu locura.

—Oh, claro que no quieres.

—No quiero—me cruce de brazos.

—¿Y que dije? De todas formas, no quiero que seas parte de mi vida.

Uh, eso me dolió hasta mí, pégale Lavina una patada en las canicas. Le hace falta que alguien le acomode las neuronas o lo deje sentado por la eternidad.

—De verdad quiero entenderte pero no puedo—solté de repente—me gustaría que el viejo Jesse del campamento volviera.

Me acerque a la puerta para salir de ahí; no quería estar un minuto más encerrada.

La mano de Jesse tomó mi brazo deteniéndome.

Nuestras miradas se encontraron y algo en su mirada cambio pero no dijo nada.

La puerta se abrió rápidamente y una rubia demente se metió entre los dos.

—Pasaron los diez minutos—dijo fulminándome con la mirada, tomó la mano de Jesse, pero esté la esquivo y se fue sin mirar atrás.

Mierda la Bethazorra interrumpió el momento.

Vamos quemarla viva.

¿No es muy sádico?

Nah.

Alexa que había llegado detrás de ella saco a su hermana a la fuerza, pero antes de irse se acercó a mí.

—Jesse es mío—susurró—siempre lo fue.

—Está bien—fue lo único que dije. Ignorando las miradas ansiosas de mis amigos tome asiento en la ronda.

—Espero que no se hayan besado sino te juro Jesse...—siguió Bethany.

—Nos besamos—contestó con tono aburrido.

Casi me atragante con mi saliva, imagine que seria nuestro pequeño secreto, pero veo que me equivoque.

No pase por alto las miradas de todos.

Un Verano Desastroso [#CG2]Where stories live. Discover now