Un Verano Desastroso [#CG2]

34.

— ¿Puedo hacer otra llamada?— le pedí a un oficial que lo único que hizo desde la media hora que estamos encerradas es hablar por teléfono ignorando nuestras quejas.

Alejo su teléfono de su oreja.

 —Era una llamada, niña.

A regañadientes me senté al lado de Marleen que se había quedado dormida. No sé cómo tiene tiempo para dormir en estos momentos.

—Tendríamos que haber llamado a Luke — dijo Ciara mirando con nostalgia su teléfono que yacía en el escritorio del oficial.

—No puedo creer que Dax no me haya atendido —ella había optado por llamarlo a él.

Suspiré profundamente.

 —Creo que pasaremos toda la noche aquí.

Y para confirmar mis palabras me recosté en el incómodo asiento.

— ¡Hey! —llamó Fiona a Gregory que había vuelto, es el oficial que nos había traído hasta aquí —¿Me darías un tour por las celdas? Por favor. Juro no molestarte más.

Greg sacudió la cabeza agotado.

 —Te esposé las manos por dos minutos, te quise dar el uniforme de los presos, pero dijiste que tenía feo olor. Hasta te convide de mi café ¿eso no fue suficiente para ti?

—Ohm...No.

—De todas formas, no puedes salir hasta que alguien venga por ustedes. Lo siento— luego se dirigió al otro que había terminado de hablar — Ahí llegaron más chicos, Rob. Parece que hoy todos decidieron ponerse de acuerdo para romper las reglas.

—Niños —bufo esté.

Bethany que se mantuvo callada durante todo este tiempo hasta ahora. Lentamente se levantó.

— ¡Quiero salir de aquí! Necesito llamar a un abogado, exijo a mi abogado— sacudió las rejas —Brea, tu estudiaras para ser abogada, haz algo.

Mi prima asintió.

— Exacto, aunque todavía no estoy muy metida en el tema —se aclaró la garganta— pero sé de una cosa sumamente importante. Todos merecemos una segunda oportunidad eso es un derecho humano...creo— comenzó a caminar por la celda— por cual merecemos una llamada más.

—Rob —dije haciendo ojitos— ¿nos dejas hacer una última llamada?

Las cinco le suplicamos.

—Déjenme pensarlo... no —dijo riéndose.

—Hijo de su ...—antes de que Beth termine su oración le tape la boca, no era de ayuda hacer enojar al gruñón del oficial.

JESSE

Quien iba a pensar que nuestra noche terminaría de esta forma.

Yendo llevados en un móvil policial hasta la comisaria por la culpa de Max.

—Por lo menos pasamos unos agradables diecisiete minutos en Freedom— se excusó.

—Hasta que decidiste coquetear con la novia del barman y ¡Oh! casualidad para que no te mate decidiste mencionar tu verdadera edad. Eres nuestro héroe— fingió orgullo Lester mientras le pegaba en la nuca.

—Perdón, pero no quería morir —dijo Max.

 —No puedo creer que estaremos encerrados. Soy un delincuente y seguramente esto quedará en mi historial. En la universidad se enterarán y no podre hacer mi carrera. Me van a echar ¡Porque soy un criminal!— Dax apretó su brazo y en menos de un segundo Colt cayo literalmente desmayado encima mío.