Introducción

2.3K 141 36
                                    

«Cold - Aqualung»

La noche hace rato que ha caído y como ya es costumbre un mar de lágrimas ha comenzado a descender por mis ardientes mejillas, en ellas parece haberse drenado toda la sangre de mi cuerpo. Acurrucada en una esquina de mi oscura habitación, presiono mis piernas pegadas a mi pecho y hundo mi rostro en las sudorosas palmas de mis manos en un intento fallido de silenciar mis lamentables sollozos que parecen desgarrar mi garganta.
Fuertes estruendos resuenan por toda la habitación haciendo que el miedo se apodere de todas y cada una de las partes de mi cuerpo. Miedo hacia la persona que no dormirá tranquila hasta haberme golpeado numerosas veces. Miedo hacia esa persona que dice ser mi padre.

—¡Abre la puerta! —Grita furioso desde el otro lado de la puerta, a la que propina fuertes golpes. Arrastrando las palabras, como ya es costumbre cuando se encuentra completamente ebrio.
Una fuerte presión en mi pecho impide que el aire acceda a mis pulmones por lo que mi respiración es torpe, casi inexistente. A medida que pasan los segundos comienzo a notar como si el cuarto se hiciese horriblemente diminuto, hasta dejarme encerrada en un pequeño espacio en el que apenas parece haber oxígeno. Angustiada doy grandes bocanadas de aire pues este parece haberse extinguido de esta habitación en la que me encuentro.

—Todo va a ir bien, solo tienes que mantener la calma. Tu puedes con esto. Haz lo por Jaxon —Me aliento, pues mi confianza hace rato que me abandonó a mi suerte.

Cierro los ojos fuertemente con la esperanza de que todo esto sea una horrible pesadilla de la que en algún momento despertaré, pero ese momento no llega... nunca llega. Otro golpe más me obliga a volver a la realidad, hundiéndome más en el estado de ansiedad que parece haber detonado en mi sistema.
Jaxon, que minutos antes se encontraba plácidamente dormido, me mira aterrado. Asustado y sin saber que hacer me abraza todo lo fuerte que le permiten su temblorosos brazos.
El sonido de la madera resquebrajándose debido a otro golpe, me indica que no tardará mucho en echar la puerta abajo. Sin estar muy segura de que hacer escondo a Jaxon en un pequeño armario que se encuentra en el fondo de esta oscura habitación en un intento de proteger le de papá. Sin dejar de llorar me mira completamente asustado, pero necesito que reprima su llanto para que papá no le encuentre, pero ¿cómo le explicas a un niño de cuatro años que debe mantenerse callado para que su padre no le golpee? El solo hecho de imaginarme a mi padre poniéndole una mano encima me produce arcadas.

—No llores, te escuchará... —Le susurro tiernamente y le doy a Bony, su osito de peluche, consiguiendo que su llanto se torne a un leve sollozo. Tras darle un par de besos en sus húmedas mejillas cierro la puerta de mi armario para que mi padre no tenga acceso a él. Otro golpe más retumba por toda la habitación haciendo que pegue un salto en el sitio.

—Tu puedes con esto Ash —Me animo por última vez al escuchar como carga contra la dañada puerta que derribará en breve.
Cierro los ojos y tomo una profunda respiración. Mala idea. Tan solo sirve para que las lágrimas vuelvan a brotar de mis ahora hinchados ojos. Un par de minutos son los necesarios para al fin poder levantarme del frío suelo mientras escucho las constantes amenazas de papá.

Una vez frente a la puerta de mi habitación limpio las lágrimas y el rastro que ellas dejaron hasta desembocar en mis temblorosos labios. Recojo mi desordenado pelo en un cola alta, tan solo porque me hace falta tiempo para conseguir armarme de valor. Tras echar el baúl a un lado y retirar el seguro de la puerta, retrocedo unos pasos, antes de que mi padre entre, poniendo todo el espacio posible entre la maldita puerta y yo, hasta toparme con la pared. Me vuelvo a hacer un ovillo en el suelo, escondiendo la cabeza entre mis piernas presionadas a mi pecho.

No se cuanto tiempo pasa, si horas o minutos, hasta que al fin escucho el familiar chirrido de las bisagras de la puerta al abrirse.

        «Ya está aquí y viene a por ti» Me alarma una voz en mi interior.

Sus pasos resuenan por toda la habitación. No puedo parar de temblar, estoy aterrada, cada vez está más cerca.
Puedo sentir su pesada respiración a un par de centímetros y espero a recibir el primer golpe.

Tres...

Dos...

Uno...

Una mano me coge de mi corta melena y me arrastra por toda la casa hasta llegar al salón. Lo único que logro ver es a un hombre furioso que no deja de repetir las mismas palabras.

—Todo es por tu culpa —Repite mirándome con desprecio.

¿Por qué? No lo se.

Todo a mi alrededor se torna negro cuando mi cara impacta contra la madera de la mesa, y un desagradable sabor a metal invade mi boca, pero ese es el menor de mis problemas, esto solo acaba de empezar...

Bipolar {Pausada}Where stories live. Discover now