-solo era una apuesta-dijo sin expreción alguna en su rostro
-una apuesta? Todo esto fue solo una apuesta?
-Si
-Ian, yo te amaba... solo fuí una apuesta para ti- y ya estaba llorando otra vez- Eres un maldito hijo de
Se acercó a mi rápidamente y me...
-no se qué me pasa... mi corazón va más rápido de lo normal-susurró sin abrir sus ojos.
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-Agustina!
-esto es raro-susurró-hace unos días me sentía vacío... ahora ya no tanto-susurró- necesito sentir tus labios con los mios.
-Agustina Cibrian!
-tengo que abrir la puerta-susurré.
-si...-susurró- yo tengo que hacer otra cosa también.
-¿qué?-susurré.
-tengo que besarte-se acercó más a mi y besó la punta de mi nariz.
Rozó sus labios con los mios y justo cuando nos ibamos a besar papá gritó.
-Agustina Cibria! Abre la maldita puerta ya!
-Ya voy! Pesado!-gité-mierda... lo siento Ian-susurré.
Hizo gesto de despreocupación y se acercó a la ventana.
-ya tendré la oportunidad de robrte un beso, princesa.
(ME DIJO PRINCESA! ME MUERO) No sabía lo que extrañaba esas palabras hasta que las escuché.
-claro que...-contionuó- espero que ese día llegue pronto- me guiñó un ojo y se fue.
Me acerqué a la puerta y la abrí.
-¿Qué hacías?-pregunto mientras miraba de un lado a otro.
-Estaba hablando con mi unicornio violeta, papá.
-no juegues, ¿te parece si bajas? Para... para hablar.
-No es más fácil decir, ¿Agustina, tienes que bajar ahora?
-ahora-dijo y se fué.
Salí de mi cuarto y antes de bajar Lucas me gritó desde su habitación.
-¿ahora qué hiciste?
-nada! Creo...
Bajamos y nos sentamos en el mueble de la sala.
-Agus...Lucas... tenemos que decirles algo- dijo papá mientras tomaba la mano de Laura.
-¿qué?-dijimos al unison
-chicos-habló ella- les queríamos contar que... van a tener un hermanito-y tocó delicadamente su pancita.
-Me muero!-grité.
Lucas los miró con asco y luego se fue. Les dediqué una sonrisa y subí detrás de él.
-Lu-susurré entrando a su habitación.
-¿Qué?-preguntó seco.
-¿qué fue eso?-pregunté sentándome a su lado.
-él ya olvidó a nuestra madre... ya está tan bien que necesita recrear una familia, nueva esposa... nuevos hijos. ¿Y nosotros? Eso es, nada.
Me acerqué a él y lo abracé.
-no es así... Lu... pasaron muchos años... nos duele a todos, pero él tiene derecho... te quiero.
-no me cambies el tema-dijo ocultando una sonrisa.
-¿te estás riendo?-pregunté con una gran sonrisa.
-¿yo? Jamás, ahora vete. Este chico quiere llamar a su chica.
-idiota-susurré y salí de allí.
Bajé otra vez para felicitarlos u abrazarlos a ambos, luego volví a mi habitación. Me tiré en la cama y tomé mi celular. Entré a WhatsApp y miré algunos grupos y luego me dediqué a hablar con Sophi. Miré la hora y ya eran las 11:30 Dejé el celular cargando y me acosté. Tomé un sueter de abrigo y me lo puse. Me acosté y al poco rato me quedé dormida
4:30
Agarré mi celular con el fin de apagar ese molesto sinido pero al parecer la Agustina dormida es más inútil que la despierta, porque en vez de apagarlo atendí la llamada
-hola...-susurré con los ojos cerrado
-Agus...
Cuando escuché su voz mi corazón comenzó a latir con fuerza.
