Mi Princesa... Todo Fue Una Apuesta

Capitulo 38

-Ian... es tarde.

-lo se... pero ya no puedo más... necesito besarte en serio.

-¿por qué quieres hacerlo?

-no lo se... siento como que si tuviera que saludarte... te extraño... extraño algo que no puedo recordar, pero creeme que lo intento, Agus

-Ian... no me hagas esto... tú no me recuerdas... esto me lastima y mucho. No tienes idea cuanto te amo-susurré.

-¿me amas? ¿De verdad?

-si Ian, te amo, siempre lo hice.

-yo también quiero amarte, dame la oportunidad de hacerlo... por favor.

-Ian... creo que esto que estamos haciendo está mal... nosotros nos amabamos...pasado, porque tu no me recuerdas y siendo franca... no creo que lo hagas.

-¿no quieres que te recuerde?

-no es eso...hay un 50% y 50%, puedes recordarme o no hacerlo nunca.

-si no te recuerdo podré enamorarme de ti otra vez... soy la misma persona... siento lo mismo, que no te recuerde no significa que el amor no esté...

-Ian...yo quiero lo mejor para ti... mereces comenzar una vida nueva... con o sin mi. Quiero que te enamores de verdad... porque si lo nuestro es amor del verdadero... me recordarías...y no lo haces.

-tienes razón...¿no? Te recordaría... ya está

-¿ya está? ¿Lo qué?

-necesito probar algo... voy a ir a tu casa ahora.

-¿qué? ¿Para qué?

-¿confías en mi?

-con los ojos cerrados

-bien... nos vemos princesa

Y cortó

Me quedé mirando el techo por unos 20 minutos y cuando sentí el motor de una auto estacionar frente a casa, me asomé a la ventana y la abrí.

-¿puedo subir?-gritó.

-si.

Cuando ya estaba arriba se acercó demaciado a mi, me miró a los ojos y susurró

-tienes que ser tu.

Narra Ian

Miré su hermoso rostro y nuevamente sentí esa corriente recorer mi cuerpo. Miré sus labios y luego otra vez sus ojos.

-quiero...no... necesito besarte-susurré.

-soy tuya, siempre será así.

Y eso fue suficiente.

Me acerqué todo lo que pude a ella y la acorralé contra la pared.
Besé su cuello, fui dejando besos húmedos por toda su mandíbula y luego llegué a su oreja y la mordí delicadamente.
Agus soltó un pequeño gemido y sin más la besé.
Sus labios eran perfectos, suabes y carnosos, justo como pensaba.
Me tomó de la cara y profundizó más el beso.

Si que me quería...

-Cibrian- la llamé

-Foster-dijo

-lo siento...

-y ahora por qué lo sientes?-preguntó

-por todo... por lastimarte cuando te agarré... yo nunca había tocado a una mujer y ...-dije desesperado