En ocasiones hay que aprender a dejar el odio a un lado, para socorrer a alguien que está sintiendo en su propio cuerpo el mismo dolor que sientes en el tuyo.
Una noticia.
Un sueño roto.
Un futuro truncado.
"Déjame ayudarte, nadie mejor que...
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«Siempre habrá sangre en sus mentiras, camuflada entre los restos de licor de sus labios.
Me mientes y yo lo sé pero bailemos bajo la luna antes de que me vaya a correr entre lobos.
Disfraza tus ojeras, cántale a la luna.
Tapa tus heridas, báilale a la luna.»
🌙 🌙 🌙
Ambos se quedaron dormidos y el sonido de la lluvia golpear los cristales se mezclaba con los sollozos de Haru, formando la canción de cuna más triste que Sousuke jamás había escuchado. Cuando por fin Haru pudo mover el brazo, le ayudó a vestirse y comprobó que sus dedos todavía recordaban el tacto de su piel; aquella tierna delicadeza; aquella dolorosa fragilidad. Quería tocarle más y servir de bálsamo para su dolor pero se conformó con envolverle entre sus brazos, susurrándole palabras que trataban de paliar su sufrimiento.
Haru estaba roto y al rozarle casi sentía sangrar las heridas aún abiertas de su alma, pero le daba igual, seguiría rozándole y acariciándole hasta que su corazón sanase, hasta que sus ojos volviesen a ver y su alma obtuviese la indulgencia que él mismo se negaba.
"Por la mañana, cuando despiertes, seguiré aquí." Susurró y aquellas dulces palabras fueron lo último que escuchó antes de caer rendido.
Sousuke pasó toda la noche abrazando su cuerpo, tratando de que dejase de temblar, tratando de luchar de su mano contra los monstruos que lo estaban devorando en vida. Las respiraciones tranquilas de Haru anunciaron que habían ganado la batalla, pero no la guerra.
La mañana llegó, pero el sol seguía envuelto entre las nubes que cubrían todo Japón; La mañana llegó y Sousuke deseó que hubiera tardado un poco más. Aún en los brazos de Morfeo, Haru se dio la vuelta y se acurrucó contra su cuerpo, buscando anhelante la calidad que desprendía. Sousuke sonrió y con cuidado apartó el flequillo de la frente de Haru, comprobando que dormido no tenía el ceño fruncido y su gesto era mucho más relajado que de costumbre.
"Hey... Waterboy..." Le llamó en un susurro y supo que cuando se despertase toda aquella inconsciente dulzura acabaría. "Si no te despiertas no podré ir a Samezuka."
Tras escuchar aquellas palabras Haru comenzó a abrir lentamente los ojos y la imagen que tenía frente a él le asustó en un primer momento; Estaba en la cama con Sousuke, más exactamente, entre sus brazos; entre esos fuertes y desnudos brazos que la noche anterior le llevaron a la cama y le trataron con más cariño del que quería recordar. Sus ojos lo miraron asustado y trató de apartarse sin parecer brusco. No demasiado.
"Buenos días..." Dijo y una punzada de remordimientos atacó su pecho.
