Al supermercado. [SEVENTEEN]

La lista

[HY]

— ¿Entonces te espero para ir juntos? —Pregunta el hombre de cabellos castaños, sosteniendo el teléfono entre el hombro y su oreja mientras le coloca el pañalero a su hijo menor.

— Sí, cariño. Llego en veinte minutos. Te amo.

— Te amo.

Jisoo colgó la llamada y guardó su teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón. Miró a su hijo de cabellos castaños sonreír recostado en el cambiador de bebés.

— Ya estás limpio, Kwanie —lo cargó en sus brazos y el niño de mejillas redondas aplaudió emocionado—. Vamos por tus hermanos.

El alto hombre caminó hasta la sala de su casa donde el pequeño Seokmin jugaba con los Legos en el piso y Jihoon sentado en el sofá miraba un episodio de Pororo.

— Jihoon, en veinte minutos llega papá, ¿estás listo?

— Sí —responde el pálido de pequeños ojos mientras bebe su leche de fresa con una pajilla.

— Bien, cuida un momento a tus hermanos.

Jisoo dejó a Seungkwan sentado junto a Seokmin y se dirigió a la cocina para hacer de nueva cuenta una lista mental de lo que necesitaba comprar aquel día.

[KJ]

— Seungcheol, ponte los pantalones, por favor —pidió con un grito el alto moreno, desde la habitación de su bebé, a su hijo de seis años.

— ¡No! —El niño de cabellos castaños obscuros corría por el pasillo de la casa con sus pantalones negros en la cabeza.

— ¡Cheol!

Mingyu tomó a su bebé en brazos y comenzó a perseguir a su primogénito por todo el lugar. Hansol se reía porque al correr, su padre le daba un divertido paseo.

— Wonwoo, es buen momento para ayudar —pidió Mingyu.

El azabache de afilados ojos se mantenía viendo un partido de soccer, ajeno al ajetreo que su pareja pasaba para alistar a sus hijos.

— Cheol, haz caso a tu padre —gritó el mayor, sin despegar su atención del televisor.

Mingyu puso los ojos en blanco mientras suspiraba pesadamente.

— Wonwoo, ¿estás listo ya?

— ¿Para qué? —Preguntó con desinterés.

— ¿Para...? —El menor frunció el ceño—. Wonwoo, dime que no se te olvidó que hoy es fin de mes y nos toca ir al supermercado.

Wonwoo quitó la atención del partido y miró al moreno con la cara llena de sorpresa y culpa. Lo olvidó. Pero bueno, no todo estaba perdido, aún había manera de que Mingyu no lo matara...

— ¿Y tengo que ir?

A menos que Jeon Wonwoo abriera la boca y la caguara más.

[XK]

— Gracias por ayudarme hoy, bebé.

Minghao, tomando la mano de su novio, caminó hacia la habitación de juegos de su sobrino. Al entrar al pulcro cuarto, encontraron a un niño de cabellos castaños claros jugando al té con sus peluches.

— Hola Junie —saludó el más alto de los adolescentes.

— Hola Mingie —la voz infantil de Junhui devolvió un saludo alegre—. ¿Quién es él?

— Oh, es mi novio Soonyoung, llámalo hyung. —El mencionado le sonrió al niño mientras alzaba una mano—. Él y yo los cuidaremos hoy porque tus papás saldrán. ¿Dónde está Chan?

— Durmiendo —respondió el chico, volviendo a su juego de servir té imaginario en pequeñas tazas de plástico amarillo.

La pareja de adolescentes se acercó hasta una cuna al fondo de la habitación, donde un bebé de apenas doce meses descansaba plácidamente sobre las sábanas blancas.

— Tan lindo —susurró el de pequeños ojos pasando el dorso de su mano por la suave mejilla del infante de una manera tierna.

— Mi hermana dijo que hiciéramos las compras, les diéramos de cenar, los bañáramos y a dormir.

Minghao explicó al más bajito a la par que leía el mensaje que su hermana mayor le había enviado con las indicaciones y la lista de cosas por comprar en el supermercado.