Capitulo 14

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Capitulo 14:

El cuchillo giró en el aire y el metal resplandeció por el brillo de la luna, segundos después, la gravedad ayudó a que mi nueva arma favorita callera sobre mi mano derecha. La atrapé por el mangó como había hecho las últimas veces y bajé la vista hasta las raíces de un árbol. Sonreí cínicamente mientras mi mano derecha sujetaba el mango del cuchillo y la izquierda acariciaba la filosa cuchilla. Un brillo animal cruzó por mis ojos; eso pude verlo en los ojos del hombre que tenía delante de mí. Tenía hambre y ese hombre estaba resultando demasiado fácil de intimidar.

El cazador comenzó a removerse al verme sonreír, y noté como la soga que lo aferraba al tronco del árbol se agitaba levemente. Él estaba de pie, pero la soga también mantenía sus tobillos fijos donde estaban, y resultaba imposible que él se moviera. El hombre, o mejor dicho cazador, había sido difícil de conseguir. Pero después de tres días, había logrado encontrarlo haciendo guardia solo, y obviamente aproveché mi oportunidad. Lo había atacado y después de dejarlo inconsciente, lo había arrastrado hasta la otra punta del bosque. Donde ninguno de sus compañeros podría encontrarnos, aún con los espantosos gritos que salían de la boca del cazador.

-Te lo preguntaré una vez más… ¿Por qué vinieron aquí?- pregunté.

Quité la soga que había entre medio de su boca, que impedía que hablara, y rápidamente puse el cuchillo en su lugar. Una advertencia que le había dicho apenas había despertado era que si se atrevía a gritar, le cortaría la mandíbula.

-No te diré nada- dijo furioso pero con voz cansada.

Quité el cuchillo y rápidamente puse mi mano en su lugar, para después enterrar el arma en su torso. Su grito fue opacado por la palma de mi mano y al callarse soltó varios sollozos. Rodé los ojos y quité mi mano asqueada para esperar a que se callara.

-Por favor- rogó.- Ya no más.

-¿Me dirás lo que quiero?

-S-sí- dijo asintiendo.- Te lo diré.

-Bien- dije antes de jalar del cuchillo y que saliera de su torso.

Él soltó un gritó y tapé su boca con mi mano, lo señalé con el cuchillo ensangrentado y él me miró con miedo en sus ojos.

-Shhh-dije sonriendo.- No queremos que nadie nos escuche.

El cazador negó con la cabeza forzadamente y después de que yo quitara la mano de su boca, soltó varias lágrimas al igual que sollozos.

-¿Qué quieres que te diga?- preguntó con una respiración forzada.

-Todo- dije acercándome a su rostro.- Quiero saber las guardias, cuando no hay nadie cuidando y como nos encontraron.

-Las guardias- dijo él con una sonrisa de esperanza.- Sí, eso…Nosotros…

El ruido de un disparo hizo que el cazador se detuviera, y yo levanté la vista para tratar de concentrarme. Un segundo disparo cortó el aire y miré en dirección al castillo, que estaba justo de espaldas al cazador.

-Te atreves a moverte y te mato- le advertí a mi víctima a lo que él asintió enérgicamente.

Sujeté el cuchillo con fuerza entre mis manos sudorosas y emprendí la carrera hacia el edifico. Mis piernas empezaron a avanzar entre los arbustos lo más rápido que podían y a cada paso que daba, empezaba a desesperarme cada vez más al ver que la velocidad no me resultaba suficientemente veloz. Cuando pude ver el castillo, ya tenía mi respiración acelerada y me costaba mucho seguir corriendo. Pero junté las fuerzas de donde no tenía y continué avanzando por el bosque alrededor del castillo y traté de encontrar por donde provenían los disparos.

Cazando sangreWhere stories live. Discover now