capítulo 18: la tregua

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Dilan

Era domingo y un mensaje me despertó en el único día que me puedo levantar tarde.
Me sorprendió al ver de quien era, tal vez había aceptado mi propuesta de anoche...

Darla (hermanastra) <8:27 am>
¡Hola! Hey ya la paz, hagamos tregua por un día, baja al comedor, hay una sorpresa esperandoté...

¿Sorpresa? ¡Odio las sopresas! ¿que estará tramando esta chica?

Bajé las escaleras y un olor familiar me remoto a mi infancia...

Llegué al comedor y Darla estaba sirviendo un mollete dulce, hacía mucho que no comía uno, desde que mamá me cocinó aquella mañana.

-¡Hola hermanito!- dijo soltando las cosas y recibiendome con un beso en la mejilla, bueno, un poco cerca de la boca.¡que chica tan rara!.

-¿que significa esto?- dije apuntando a todo lo que estaba servido, no había notado que incluso había jugo de naranja recién hecho.

-Mi señal de tregua- dijo sonriendo, vaya que tenía una hermosa sonrisa, pero sentía que algo tramaba.

-¿que le pusiste a la comida?- dije asustado, esta chica era capaz de todo.

-¿Enserio?- dijo cruzando los brazos- hago todo esto por ti y eso me gano-.

Yo sólo hice una mueca cono diciendo oye te lo has ganado a pulso,  ella seria y sin despegar la vista de mí, tomó un trozo de pan y lo comió a las vez se sirvió un vaso de jugo y lo bebió.

Ok la comida estaba limpia, entonces puedo sentarme a comer esta deliciosa comida que olía riquísima.

Comencé a comer y efectivamente estaba delicioso, su sazón era parecido al de mamá, ese desayuno me hizo recordar aquella época cuando mamá estaba con nosotros.

-¿cómo supiste lo de los molletes?- dije sin para de comer

-¿saber que?- dijo sonriendo ¡Deja de sonreír carajo!.

- ¿como supiste que mamá me cocinaba esto?- dije sirviéndome otro.

- ¿enserio?- dijo sirviendome jugo- pura corazonada cariño-.

¿cariño? ¿me dijo cariño?

- Darla, enserio me das miedo- dije mirándola mientras ella me sonreía...
No sé que tiene su sonrisa, pero me emboba, puedo estarla viendo por horas y horas, es la sonrisa más bonita que he visto.

- Dilan deja de ser tan desconfiado- dijo tomando un vaso para servirse jugo ella- sólo es para hacer las paces, es sólo eso-.

Apenas note cómo iba vestida, llevaba un short blanco, con una remera roja y unas sandalias blancas, tenía unos pies hermosos, era la primera vez que los veía.

-¿te gustan mis pies Dilan?- dijo sonriendome. Yo me puse rojo y seguí comiendo.

Acabé mi delicioso desayuno y me le quedé mirando, ella me miraba fijamente y me sonreía, cuando me di cuenta yo también le estaba sonriendo. Borré la sonrisa de mi rostro y me paré de la mesa.

-bueno muchas gracias Darla- dije ayudándole a recoger los platos- estuvo muy bueno el desayuno, te lo agradezco-.

-me da gusto saberlo- dijo metiendo los platos al lavavajillas- quería pedirte algo...-.

Ya salió el peine, tanta belleza tenía que esconder algo...

-¿que quieres?- dije rodando los ojos.

-tranquilo, sólo quería pedirte que si querías ir a jugar basketball conmigo- dijo con sacando una pelota de detrás de la mesa.

¿¡Basketball?! ¡Yo amo basketball! Pero desde que entré a la carrera de derecho deje de jugarlo por falta de tiempo.

Mi Nuevo HermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora